Gonzalo Marcos no supera la pérdida de su mascota Toi, un bichón maltés de siete años que cuida desde que era un cachorro. El hombre, un gallego afincado en Barcelona, viajó a Lugo, en Galicia, para celebrar el fin de año cuando, el día 30 de diciembre, perdió de vista al perro. Desde entonces, no se conoce el paradero del animal. 

"El peor fin de año de mi vida", ha explicado, desolado, Gonzalo a Metrópoli. El también barcelonés tuvo que regresar a casa sin su adorado perrito, pero no desiste: "No puedo abandonar la idea de poder encontrarlo, aunque estoy convencido de que no está vivo".

Toi, el perrito de Barcelona perdido en Lugo / CEDIDAS

PERDIDO EN LA MONTAÑA

Gonzalo salió aquella mañana a pasear con su mascota por las montañas de O Courel, en una pequeña aldea de Quiroga. La UNESCO las declaró en 2019 un "geoparque" y destacan por su vasta intensidad y la presencia de minerales. Sin embargo, ese día el animal salió corriendo tras escuchar los disparos de unos cazadores. Ambos iban acompañados de más perros, pero cuando Toi se alejó se le perdió el rastro.

"Es casi imposible que mi perrito saliera vivo del sitio donde desapareció", lamenta Gonzalo, que cree que al animal "se lo llevó el río". El lucense pasó el resto de días antes de regresar a la capital catalana buscando a Toi desesperadamente, pero las batidas no dieron frutos.

Toi, el perrito de Barcelona perdido en Lugo / CEDIDAS

IMPOTENCIA

Algunos medios gallegos se han hecho eco del deseo de encontrar a su amigo fiel, pero Gonzalo está convencido de que "no está vivo". "Desde Barcelona, donde vivo, me siento impotente y solo me quedan las redes sociales y la bondad de la gente para ayudarme", transmite a este digital. El hombre asegura que el can llevaba chip y, como señal para identificarlo si alguien lo encontrase, dice que "tenía todos los dientes partidos por la mitad, excepto los colmillos". Además, pone a disposición su teléfono de contacto: 640.170.026 .

"No puedo superarlo, lo era todo para mí y lo perdí en un maldito descuido". El dueño de Toi se fustiga y afirma estar "tan afectado" que no se puede ni plantear adoptar o acoger a otro compañero de vida que no sea su amado bichón maltés.

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