La Plataforma ZOOXXI ha levantado la voz para denunciar lo que considera una falta de transparencia en el Zoo de Barcelona. Según los animalistas, el zoo solo informa sobre nacimientos y muertes de animales cuando pueden generar rentabilidad mediática. Ejemplo de esto es la reciente muerte del rinoceronte blanco conocido como Pedro, que ocurrió el 16 de octubre, a la edad de aproximadamente 52 años.
Pedro había sido decomisado por la Generalitat de un antiguo parque en la provincia de Tarragona. Según el zoo, su presencia allí representaba uno de los propósitos más significativos del Zoo de Barcelona en la actualidad: servir como refugio y garante del bienestar de animales que requieren protección especial.
ENRIQUETA MUERE TRAS 15 DÍAS DE LLEGAR AL ZOO
Lo que nunca se había explicado es la muerte de una rinoceronte blanco hembra llamada Enriqueta, que fue trasladada al mismo tiempo que Pedro y otro individuo macho, Cirilo. Cirilo, el más joven, había nacido en cautiverio, pero tanto Enriqueta como Pedro habían nacido en la naturaleza.
Poco después de llegar al zoo de Barcelona, Enriqueta falleció, solo 15 días después de su traslado, el 16 de diciembre de 2003, y nunca se emitió un comunicado sobre su muerte ni su causa. Desde diciembre de 2003, la dirección del zoo ha mantenido oculto este hecho, a pesar de tratarse de un animal decomisado perteneciente a una especie incluida en la lista roja de la UICN.
"Un grupo de 3 rinocerontes blancos compuesto por dos machos y una hembra es de alta complejidad. Tal vez el zoo no supo manejar adecuadamente a los individuos en instalaciones ciertamente limitadas. Nunca lo sabremos. Lo cierto es que Enriqueta murió dos semanas después de su llegada al zoo y este hecho no se explicó. Sin embargo, una vida de 16 años en soledad en instalaciones absolutamente precarias se describe como si Pedro, un rinoceronte blanco que había nacido en libertad en África, hubiera tenido una vida plena", afirma Rosi Carro, coordinadora científica de ZOOXXI.
DECENAS DE MUERTES SIN EXPLICACIÓN
Según los animalistas, no es la primera vez que el zoo oculta muertes en sus instalaciones. El reciente caso de Kanelo, una cría de orangután que murió a la edad de un año, o el caso de Enriqueta, la rinoceronte, son solo algunos ejemplos. La realidad es que anualmente mueren decenas de animales sin explicaciones públicas ni comunicados. Es el caso de las aves que murieron durante el temporal Glòria, por el cual el zoo fue sancionado.
Desde ZOOXXI advierten que esta es una dinámica de funcionamiento habitual: animales que nacen, se reproducen, se intercambian y mueren en cautiverio, mientras se transmite la idea errónea de que sus vidas sirven para educar y conservar la naturaleza. Esta estrategia de marketing no cumple con la ordenanza que regula el zoo, según señalan.
Preguntados por este digital, el Zoo de Barcelona ha asegurado a Metrópoli que sí se informó de la muerte del animal en su día. Niegan, por tanto, que se ocultase información acerca del trágico suceso.