Gessamí Catafau Ramon se siente cansada: no por la edad de 62 años que conserva de escándalo. Tampoco por haber llevado sola la Librería del Palau, su negocio de libros de segunda mano en Ciutat Vella, desde los 24 años. Está agotada de resistir. De luchar para que su comercio sea visible: no para los pocos turistas y jóvenes que entran, “a quienes agradece con entusiasmo”, sino para las instituciones públicas. “Me gustaría recibir apoyo y reconocimiento”, reclama con fervor Gessamí en conversación con Metrópoli.
"NI UN EURO MÁS"
Desde que la digitalización ha penetrado en la mayor parte de los comercios de Barcelona, los pocos que no se han transformado prenden de un hilo. Uno de ellos es el de Gessamí, quien ha mantenido sus puertas abiertas desde 1986 y se muestra reticente a reinvertir en tecnología para salvarlo.
"Un año antes de la pandemia decidí no gastar ni un euro más", afirma. A pesar de haber tenido web y redes sociales, expresa su decepción al recordar la significativa inversión realizada en profesionales para impulsar su negocio: "todo esto sin obtener ningún resultado", declara la librera a este medio digital. "Quizás me asesoró la persona errónea", reflexiona. No obstante, tiene claro que no buscará otra empresa para intentar mejorar su situación.
PALAU DE LA MÚSICA
Antes de abrir la tienda de libros, Gessamí se dedicaba a la interpretación. Al encontrar un alquiler asequible frente al Palau de la Música Catalana, decidió abrir la librería. "Me gustaba el mundillo literario" subraya. La librera reconoció el potencial en la ubicación, aunque al principio, el edificio emblemático se encontraba en un estado de deterioro significativo, a pesar de su relevancia arquitectónica.
Gessamí recuerda que un principio no se permitían visitas sin programación previa y las postales del Palau solo estaban disponibles dentro del edificio. Con el tiempo, estas restricciones cambiaron: la librera pudo vender postales además de libros, y la renovación del edificio atrajo a más clientes. "Si las cosas no hubieran cambiado, probablemente habría tenido que cerrar", asume.
SIETE DÍAS
Recursos es lo que le hace falta a Gessamí para salvar su tienda. La librera es consciente "del nulo soporte que recibirá por parte del ayuntamiento". Pese a falta, tiene la esperanza de recibir, al menos, reconocimiento: "Es esencial que valoren los comercios únicos que enriquecen nuestra ciudad", recalca. Esta petición no solo le da fortaleza para continuar resistiendo, sino que también la mantiene motivada para seguir adelante, sin saber cuánto más podrá hacerlo. Sin embargo, cuenta con una ventaja a su favor: la cercanía con el emblemático Palau de la Música Catalana, un as en la manga que le otorga un poco de esperanza para el futuro.