Imagen de la propietaria Gessamí en la Librería del Palau

Imagen de la propietaria Gessamí en la Librería del Palau Carlotta Zamoro Barcelona

El pulso de la ciudad

La batalla de Gessamí: salvar la Librería del Palau, un icono en Ciutat Vella en riesgo de cierre

La propietaria de la tienda de libros de segunda mano, abierta desde 1986, lucha por subsistir y pide reconocimiento por parte del ayuntamiento

16 diciembre, 2023 23:15

Noticias relacionadas

Gessamí Catafau Ramon se siente cansada: no por la edad de 62 años que conserva de escándalo. Tampoco por haber llevado sola la Librería del Palau, su negocio de libros de segunda mano en Ciutat Vella, desde los 24 años. Está agotada de resistir. De luchar para que su comercio sea visible: no para los pocos turistas y jóvenes que entran, “a quienes agradece con entusiasmo”, sino para las instituciones públicas. “Me gustaría recibir apoyo y reconocimiento”, reclama con fervor Gessamí en conversación con Metrópoli

"NI UN EURO MÁS"

Desde que la digitalización ha penetrado en la mayor parte de los comercios de Barcelona, los pocos que no se han transformado prenden de un hilo. Uno de ellos es el de Gessamí, quien ha mantenido sus puertas abiertas desde 1986 y se muestra reticente a reinvertir en tecnología para salvarlo.

"Un año antes de la pandemia decidí no gastar ni un euro más", afirma. A pesar de haber tenido web y redes sociales, expresa su decepción al recordar la significativa inversión realizada en profesionales para impulsar su negocio: "todo esto sin obtener ningún resultado", declara la librera a este medio digital. "Quizás me asesoró la persona errónea", reflexiona. No obstante, tiene claro que no buscará otra empresa para intentar mejorar su situación.

Imagen de la propietaria Gessamí en la Librería del Palau

Imagen de la propietaria Gessamí en la Librería del Palau Carlotta Zamoro

PALAU DE LA MÚSICA

Antes de abrir la tienda de libros, Gessamí se dedicaba a la interpretación. Al encontrar un alquiler asequible frente al Palau de la Música Catalana, decidió abrir la librería. "Me gustaba el mundillo literario" subraya. La librera reconoció el potencial en la ubicación, aunque al principio, el edificio emblemático se encontraba en un estado de deterioro significativo, a pesar de su relevancia arquitectónica.

Gessamí recuerda que un principio no se permitían visitas sin programación previa y las postales del Palau solo estaban disponibles dentro del edificio. Con el tiempo, estas restricciones cambiaron: la librera pudo vender postales además de libros, y la renovación del edificio atrajo a más clientes. "Si las cosas no hubieran cambiado, probablemente habría tenido que cerrar", asume.

SIETE DÍAS

Al principio, la dueña de la librería elaboraba catálogos y se los enviaba a sus clientes. Con el tiempo, dejó de hacerlo. "Me dijeron que con la informática ya no era necesario", explica. El negocio cuenta con una amplia gama de libros de diferentes temáticas. Aunque la mayoría son literarios, también cubre otras áreas de interés. "No me interesa mucho la estadística, pero si hay un libro de campo que pueda ser interesante, lo vendo", dice la librera. La comerciante cultural tiene nociones enciclopédicas sobre distintos temas: "Puedo seleccionar libros de diversas áreas que resulten interesantes", asegura. 

Pese lo interesantes que puedan resultar los libros de Gessamí, además de históricos --ya que muchos tienen 100 años-- y económicos respecto a los libros nuevos, apenas hay días en que pueda vender un libro. "Hoy no he vendido ni uno", menciona. Una situación que le lleva a tener abierta la librería los siete días de la semana. "No me puedo plantear cerrar ni un día, ya que a lo mejor vendo uno y ya me hace el día", afirma.

Imagen de la vidriera de la Librería del Palau

Imagen de la vidriera de la Librería del Palau Carlotta Zamoro

RECONOCIMIENTO

Las veces que consigue hacer una venta suele ser gracias a jóvenes que todavía valoran este tipo de comercios. "Está más bien editado y barato que un libro nuevo", le dicen a la librera. Otros aseguran a la propietaria que lo hacen por la sostenibilidad. "Piensan que así ayudan a cuidar el medioambiente al no gastar recursos para hacer libros nuevos", señala. 

Recursos es lo que le hace falta a Gessamí para salvar su tienda. La librera es consciente "del nulo soporte que recibirá por parte del ayuntamiento". Pese a falta, tiene la esperanza de recibir, al menos, reconocimiento: "Es esencial que valoren los comercios únicos que enriquecen nuestra ciudad", recalca. Esta petición no solo le da fortaleza para continuar resistiendo, sino que también la mantiene motivada para seguir adelante, sin saber cuánto más podrá hacerlo. Sin embargo, cuenta con una ventaja a su favor: la cercanía con el emblemático Palau de la Música Catalana, un as en la manga que le otorga un poco de esperanza para el futuro.