El Puerto de Cádiz toma la delantera a Barcelona y en septiembre tendrá la primera conexión eléctrica para cruceros en España. La ciudad andaluza será la primera del país en ofrecer el sistema OPS (Onshore Power Supply) en la terminal de cruceros, que permitirá conectar estos buques a la red eléctrica una vez atracados en el puerto. El de Barcelona, a pesar de ser uno de los más estratégicos del mundo, llega tarde en implementar este sistema. La infraestructura prevé que los cruceros se conecten a la red en 2026 y que todos los muelles estén electrificados en 2030.
El ambicioso plan para desarrollar la electrificación recibe el nombre de Nexigen y su principal objetivo es lograr reducir las emisiones un 50% para 2030 y ser un puerto neutro en emisiones en 2050. El retraso en implementar el sistema OPS no gusta a las navieras, que piden que se aceleren los procesos. Fuentes del sector crucerístico aseguran a Metrópoli que el Port debe ponerse "manos a la obra" de inmediato, ya que dispone del dinero necesario y todos los acuerdos están cerrados.
Una opinión que también comparten desde la Cambra de Barcelona. Su presidente, Josep Santacreu, apuesta por la electrificación de las infraestructuras, pero le parece "una barbaridad" que los cruceros en el Port no estén, todavía, conectados a la red eléctrica. Para Santacreu, el problema no es que los buques estén en el puerto, sino que no dispongan de la infraestructura necesaria para consumir energía renovable.
Una electrificación que nunca llega
Precisamente, el Port de Barcelona impulsó un grupo de trabajo para conocer los proyectos de electrificación de muelles que hay en todo el mundo o que están en vías de desarrollo. Según los datos de World Ports Climate Action Program hay ocho terminales de puertos en el mundo con el sistema OPS: Halifax, Hamburgo, Kristiansand, Long Beach, Los Ángeles, Nueva York y Nueva Jersey, Vancouver y Seattle.
El Port de Barcelona es uno de estos 68 puertos mundiales con conexiones eléctricas, en concreto en Marina 92, donde existen dos puntos de conexión para los grandes yates. La infraestructura barcelonesa previó desarrollar instalaciones similares en las terminales de contenedores y de ferris, de manera que en 2022 podrían conectarse barcos a dos de estas terminales. Sin embargo, las obras para la conexión de ferris a la red eléctrica han empezado este 2024 con la empresa Vinci Energies Spain, que ganó la licitación el año pasado. Las obras están previstas que terminen en diciembre.
El plan también lleva asociado una gran inversión. Que no se haya hecho antes es, en parte, por motivos económicos. Y las prisas actuales se deben a las "exigencias y presiones de la Unión Europea", explica a Metrópoli el catedrático de Economía de la Universitat de Barcelona, Xavier Fageda. La inversión total en la electrificación de muelles asciende a 110 millones de euros.
Impacto mínimo sobre las emisiones
La terminal de cruceros que instalará el sistema OPS será la futura terminal de MSC, actualmente en construcción en el muelle Adossat. De hecho, los barcos de esta naviera están preparados para poder conectarse a la red eléctrica de la ciudad, pero Barcelona no tiene una toma para cruceros, lo que hace que tengan que encender los motores. Por este motivo, desde la compañía insisten en que se acelere el proceso.
Según el Port, la electrificación permitirá suministrar electricidad a los cruceros que estén amarrados de forma que puedan parar sus motores y reducir las emisiones. Sin embargo, el impacto medioambiental será ínfimo. El catedrático de la UB detalla a este digital que si bien reducirá la "contaminación local" --que afecta a quien vive cerca del Port-- sobre las emisiones generales, el impacto será "marginal" porque hay otro tipo de contaminación menos agresiva, pero también muy importante. "Si realmente se quieren reducir las emisiones es necesario reducir el número de cruceros", explica Fageda.
Una cuestión que recuerda Ariadna Cotén, de Stop Creuers. "Hay contaminación indirecta con el tráfico de pasajeros embarcando y desembarcando y dando vueltas por Barcelona en autocares, más el tráfico que generan todos los vehículos que reabastecen a los cruceros", recuerda Cotén. Aunque el proyecto está en fase piloto y le queda mucho por ejecutarse, la entidad no ve "garantías" de que los cruceros puedan aprovecharlo porque "una gran parte no estarán adaptados y los que lo estén deberán ver si con la electricidad pueden cubrir la totalidad de sus necesidades".
Elevados niveles de potencia
Sobre esta cuestión, Ricard Bosch, profesor del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), explica a Metrópoli que los cruceros necesitarán potencias muy elevadas, "de 10 o 20 megavatios por cada barco". "Si amarran seis buques de grandes dimensones estaríamos hablando de potencias de centrales hidroeléctricas", ejemplifica. Además, Bosch asegura que la red eléctrica "está pensada para alimentar Barcelona, no para alimentar una segunda Barcelona dentro del Port".
Con todo esto, el profesor de la UPC asegura que la electrificación es posible, pero muy compleja. "Técnicamente es viable, siempre que haya voluntad por parte del Port, que es quien debe adaptar sus instalaciones", concluye Bosch.