La Casa Heribert Pons, un emblemático edificio de Barcelona con más de un siglo de historia, ha sido transformada en un supermercado 24 horas, suscitando un debate sobre la preservación y el uso adecuado de los edificios históricos. Ubicada en la Rambla de Catalunya número 21, esta notable construcción es un ejemplo destacado del modernismo catalán y está catalogada como Bien de Interés Local, lo que subraya su importancia cultural y arquitectónica en la ciudad.

El edificio fue diseñado por el arquitecto Alexandre Soler i March y construido entre 1907 y 1909. Su promotor, Heribert Pons Arola, un empresario de Manresa, quería un edificio residencial que reflejara el esplendor y la modernidad de la época. El resultado fue una estructura impresionante, con una fachada que muestra una fuerte influencia del estilo Sezession de Viena. Este estilo, caracterizado por líneas limpias y ornamentos geométricos, se puede apreciar en los detalles arquitectónicos y escultóricos del edificio.

La emblemática Casa Heribert

Uno de los elementos más destacados de la Casa Heribert Pons son las esculturas en los balcones, obra del escultor Eusebi Arnau. Estas esculturas representan alegorías de la Pintura, la Música, la Literatura y la Escultura, celebrando así las artes y la cultura. La combinación de arquitectura y escultura hace de este edificio una joya del modernismo barcelonés.

Interior de la Casa Heribert Pons AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

Durante la década de 1930, la Casa Heribert Pons experimentó una significativa remodelación para adaptarse a su nuevo uso como edificio de oficinas. A pesar de los cambios internos, se conservaron el vestíbulo y la fachada original, preservando así el carácter modernista del edificio. Esta adaptación permitió que la Casa Heribert Pons continuara siendo relevante en el cambiante paisaje urbano de Barcelona. El edificio sirvió como sede de la Conselleria de Economía y Finanzas de la Generalitat de Catalunya hasta 2013, 

La reciente transformación de la Casa Heribert Pons en un supermercado 24 horas ha generado controversia. Muchos consideran que convertir un edificio de tanto valor histórico y arquitectónico en un comercio de este tipo es un uso inapropiado que desvirtúa su significado y desmerece su valor patrimonial. Este cambio refleja una tendencia preocupante en la que los intereses comerciales priman sobre la preservación del patrimonio cultural, especialmente en una ciudad como Barcelona, rica en historia y arquitectura.

Se convierte en un supermercado 24 horas

La adaptación de la Casa Heribert Pons a un supermercado también pone de relieve la falta de políticas efectivas para proteger y dar un uso adecuado a los edificios históricos. Aunque el edificio sigue protegido como Bien de Interés Local, la naturaleza de su nueva función ha provocado que muchos se pregunten si este es el destino que merecen estructuras de tan alto valor cultural y arquitectónico.