El teniente de alcalde de Prevención y Seguridad de Barcelona, Albert Batlle, junto a la primera alcaldesa de noche, Carmen Zapata

El teniente de alcalde de Prevención y Seguridad de Barcelona, Albert Batlle, junto a la primera alcaldesa de noche, Carmen Zapata EUROPA PRESS

El pulso de la ciudad

Campaña de los comunes para ‘quemar’ a la alcaldesa de noche en Barcelona

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Los comunes están en pie de guerra contra sus antiguos socios socialistas. Ahora en contra de la alcaldesa de noche, Carmen Zapata. En realidad, se la tienen jurada al alcalde del PSC Jaume Collboni, a quien llevan acosando y presionando desde que tomó posesión de la alcaldía en junio de 2023. Desde manifestaciones de fin de semana a actos partidistas que ponen en duda la buena voluntad del PSC hasta declaraciones altisonantes y a veces claramente distorsionadas de los dirigentes comuneros han sido una constante en la estrategia de Barcelona en Comú (BeC).

A Collboni lo han acusado de derribar todo lo bueno que había hecho Ada Colau, tanto en el ámbito social como en el económico, ya sea en los sectores del turismo, del comercio o de la vivienda. En deshilachadas manifestaciones, le acusan de pactar con oscuros grupos de presión económicos cuando las iniciativas municipales no son del agrado de los dirigentes de los comunes.

A veces incurren incluso en contradicciones flagrantes, mientras achacan los aciertos a la política que Colau había realizado hasta su desalojo municipal.

Contra Carme Zapata

Su última campaña, iniciada esta semana, tiene que ver con la noche barcelonesa. A poco más de un mes de nombrar a Carmen Zapata como comisionada de noche (o alcaldesa de noche, como en un principio se iba a llamar, igual que en otras ciudades de todo el planeta), los antiguos socios del socialista ya la han puesto en la diana.

Según una comunicación de BeC a sus activistas, el gobierno de Collboni “como siempre, está más pendiente de favorecer los intereses económicos de los sectores económicos de la noche que velar por la convivencia, el descanso y la salud de las vecinas”, se asegura.

Jordi Rabassa y Ada Colau hablando con el representante de la Basílica de Santa Maria del Pi / TWITTER

Jordi Rabassa y Ada Colau hablando con el representante de la Basílica de Santa Maria del Pi / TWITTER

El texto precisa que “las ciudades son ruidosas, no lo podemos negar. Pero intentar minimizar el impacto que puede tener en la salud de los vecinos y vecinas que más lo padecen es un deber de las administraciones”.

Esta nueva cruzada llega en un momento en que se ha imprimido un mayor acento en el tema de la vivienda tras un informe del IDRA (Institut de Recerca Urbana de Barcelona), uno de los espacios utilizados por los comunes para justificar sus campañas en materia de vivienda.

Poner en evidencia a Collboni

De hecho, en el IDRA, los comunes tienen un aliado de altura: Jaime Palomera, director del área de Vivienda y Ciudad del Instituto, partidario de requisar pisos vacíos. Su último estudio dice que el 65% de los inquilinos han de destinar más de la mitad de su salario a pagar el alquiler, por lo que se ha de intervenir urgentemente el mercado de la vivienda.

El informe fue elaborado por Palomera, Pablo Pérez Ruiz y Marta Ill Raga, los dos últimos investigadores académicos ligados a Sindicatos de Inquilinas. La última, además, ha sido invitada a las jornadas de la Bienal del Pensamiento que puso de moda Ada Colau mientras era alcaldesa y es activista del colectivo Desllogades.

La nueva cruzada de los comunes sigue la estrategia de la política de propuestas sorprendentes que pongan en evidencia al alcalde. Y el debate sobre la noche y la compaginación de intereses de diversos colectivos implicados es un sector que da mucho juego. La punta de lanza de la campaña es el concejal Jordi Rabassa, de quien se ha distribuido un artículo de opinión para dar argumentos contra el Ayuntamiento.

Rabassa vuelve con fuerza

Rabassa había sido concejal de Ciutat Vella, donde su actuación más destacada fue crear polémica en torno al futuro del edificio de la Jefatura Superior de Policía en Barcelona, inmueble que quería expropiar para crear un “espacio de memoria histórica”.

El polémico edil se reincorporó al consistorio hace poco más de un mes, cubriendo el hueco que dejó la propia Ada Colau tras dejar el escaño de concejala. Rabassa no había logrado acta en el nuevo consistorio y ha entrado ahora por ser el siguiente en la lista por Barcelona.

La marcha de Colau le ha dejado un hueco para hacer oír de nuevo su voz y levantar polémica. O sea, ahora es la voz de los comunes para quemar a la comisionada de noche. En la comunicación distribuida a los activistas de su partido, acusa al PSC de tirar para atrás todas las medidas de los comunes “alegando defectos de forma”.

No hay que igualar derechos

El concejal dice que se ha de visualizar que el Ayuntamiento quiere presentar a los que protestan por los ruidos nocturnos como gruñones y carga contra el nombramiento de Zapata. Ese posicionamiento, argumenta, es porque la responsable municipal ha hablado con todos los sectores implicados y les pidió corresponsabilidad a todos.

En otras palabras, Rabassa no tolera que Zapata haya planteado a todas las partes implicadas las limitaciones de la oferta de ocio nocturno, el poner orden en las licencias del sector, en defender los derechos de las actividades preexistentes a los vecinos, en la necesidad de la colaboración público-privada y en la corresponsabilidad de los usuarios de la oferta de ocio y cultural durante la noche.

Jaume Collboni, alcalde de Barcelona, y Carmen Zapata, alcaldesa de noche

Jaume Collboni, alcalde de Barcelona, y Carmen Zapata, alcaldesa de noche AJ BCN

Los comunes rechazan todo eso y exigen “un cambio de enfoque” y “una gestión territorializada y la mediación sin igualar derechos y responsabilidades”.

Es la fórmula de Colau de decidir sin escuchar a las partes, fórmula que trajo muchos sinsabores al anterior consistorio, así como denuncias judiciales y condenas por cómo hacían las cosas y tomaba decisiones el equipo de gobierno de Colau: con mano dura y sin atender a explicaciones de todas las partes, vulnerando los derechos de unos e imponiendo los derechos de los otros.

Decisiones por las bravas

Para justificar su intransigencia, Rabassa hace mención al informe Estudi de valoració de l’impacte del soroll procedent de les activitats relacionades amb l’oci nocturn sobre la salut de les persones a Ciutat Vella, de 2017.

El informe,“concluía que hay una evidencia científica sobre el impacto del ruido en perturbaciones del sueño, con efectos nocivos a nivel psicológico, emocional y cognitivo y que a largo plazo se traduce en enfermedades cardiovasculares y del sistema endocrino”.

Por tanto, no hay nada que negociar, sino aplicar “políticas públicas de salud” que ya había iniciado el anterior consistorio, entre ellas, la eliminación de las terrazas o la reducción drástica de sus horarios, la modificación de horarios de limpieza y la prohibición/limitación de negocios con impacto nocturno. Visto lo visto, cobra especial sentido el aserto de que, con esta estrategia y sus justificaciones, la noche confunde a quien la trabaja.