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El Triángulo Golfo de Barcelona, también llamado Marina por los asiduos debido a la cercanía de la estación de metro homónima, ha dado noches de juerga y diversión a generaciones de barceloneses durante décadas. Situada cerca del centro de la capital catalana, lleva desde su boom, en la década de los 90, albergando salas de conciertos, discotecas y bares en los que ha socializado la juventud de la ciudad.

Es en esa zona clave en la que han prosperado locales como la internacionalmente conocida Razzmatazz, pero también la emblemática Sala Bóveda. Con un estilo más de nicho, ha dado cobijo a generaciones de rockeros desde la inauguración de su primer local, en 1991.