Las escuelas de alta complejidad en Barcelona, al límite: "Faltan recursos para frenar la caída del rendimiento"

Catalunya concentra 730 escuelas de alta y mucha complejidad, las que acogen grandes proporciones de alumnado pobre, inmigrante y con necesidades educativas urgentes.

Muchas de ellas se encuentran en Barcelona y en los entornos urbanos de la comunidad catalana.

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Son datos del último informe publicado por la Fundació Bofill y presentado este martes, 27 de mayo, que asegura que los centros de alta complejidad representan el 24% del total y en la mayoría de los casos presentan tasas más altas de abandono escolar y bajo rendimiento escolar.

Estudiantes de matrícula viva

“Las condiciones de los alumnos son muchos peores y se requiere más recursos, porque hay mucha más matrícula viva”, ha explicado el director de la Fundació Bofill, Ismael Palacín, durante la presentación. 

Los estudiantes de matrícula viva son aquellos que llegan en mitad del curso. En lo que se lleva del curso 2024-2025, se calcula que hay 74.328 alumnos con estas características.

Niños en una clase de Salesians Horta SALESIANS HORTA

“Ni la pobreza, ni los estudiantes de matrícula viva, ni las complejidades son un problema. El reto viene cuando estas necesidades las concentras en centros determinados, uno de cada cuatro, en este caso. No se trata de algo anecdótico”, ha expresado Palacín. 

Según el estudio, en Catalunya hay 240 centros de muy alta complejidad y 490 de alta complejidad.

Falta de tiempo y recursos

El estudio constata que un 60% de los profesores de estos centros ven difícil mejorar los resultados de sus alumnos, mientras que en el resto de centros este porcentaje desciende al 40%. 

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La falta de tiempo, de estabilidad del claustro, de instrumentos adecuados para la evaluación y el apoyo de la administración dificulta que puedan mejorar los resultados. "Faltan recursos para frenar la caída del rendimiento", han resumido en la presentación. 

Entre 2018 y 2023, se sustituyó un 53% del claustro en los centros de máxima complejidad, una movilidad que perjudica al alumnado vulnerable, quienes "más necesidad de vínculo y profesionales de referencia" necesitan, se desprende del documento.

"Justicia social"

“Son centros que tienen autonomía pedagógica, pero con dificultades para desplegarla”, ha apuntado el director del equipo de investigación del estudio, Antoni Verger.

Según Verger, el profesorado siente presión por mejorar los resultados, pero no pueden por falta de condiciones básicas como recursos, tiempo, acompañamiento y estabilidad. “Priorizar estos centros es una cuestión de eficacia, pero también de justicia social”, ha defendido.

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Propuestas

A partir de las conclusiones del estudio, la Fundació Bofill ha propuesto siete medidas sistemáticas, como la reducción de una hora lectiva para los profesores de los centros de máxima complejidad, para que la puedan dedicar a preparar actividades de clase e individualizadas.

Promueven la colaboración entre los diferentes centros escolares de una misma zona y más formación para el profesorado en materias como la convivencia y la enseñanza a estudiantes en entornos multiculturales.

También recomiendan incrementar el personal no docente -sociosanitarios, logopedas, orientadores…-, además de realizar pruebas diagnósticas anuales para 4º de primaria y 2º de la ESO adaptadas a cada centro y pruebas de competencias básicas cada dos años.

El informe se ha elaborado a partir de una encuesta a 852 docentes de 78 centros de primaria y secundaria de Catalunya, tanto públicos como concertados, y 68 entrevistas.