El turismo se ha convertido en uno de los grandes problemas para los vecinos de Barcelona. La masiva afluencia de visitantes durante los meses de verano genera tensiones en los barrios más turísticos, afecta la calidad de vida y provoca un desgaste en los servicios públicos, lo que ha llevado a un creciente malestar social y a protestas que buscan poner límites al modelo actual.
En el último barómetro municipal, el turismo alcanzó la tercera posición en la lista de preocupaciones para los vecinos de la capital catalana, por encima incluso de la inmigración o la limpieza.
Mientras muchas ciudades españolas mantienen cifras al alza en la demanda turística, la capital catalana lidera el descenso a nivel nacional con una caída del 6% en plena temporada alta, según datos de Lighthouse.
El paseo de Las Ramblas (Barcelona), abarrotado de gente debido al crecimiento del turismo en la ciudad de Barcelona
Durante los meses de julio y agosto, Barcelona ha visto cómo la demanda de alojamiento y búsquedas relacionadas con el destino se han reducido significativamente, señala la plataforma. Un descenso que se produce en paralelo al auge de movilizaciones vecinales contra el turismo masivo y la política de Jaume Collboni para acabar con las licencias de pisos turísticos en la ciudad.
Oposición vecinal
Las pancartas de "Tourists go home", las protestas en el Gòtic y el Born, y la presión sobre los alquileres turísticos legales e ilegales han tenido eco en medios internacionales, lo que parece haber influido directamente en la percepción del destino.
Así lo asegura la plataforma en su estudio, que la cobertura mediática de medios internacionales como BBC o CNN ha aumentado la conciencia global sobre el fenómeno.
Además, ha añadido que el interés por estas protestas también se refleja en las búsquedas de Google Trends, donde los términos "protesta Barcelona" y "protesta España" se dispararon durante junio y julio de 2024 y 2025, justo en la época clave para la reserva de vacaciones.
Decenas de personas durante una manifestación contra la masificación turística, a 15 de junio de 2025, en Barcelona
"La presión sobre los mercados locales de vivienda y los servicios básicos, unida a actitudes poco sensibles de algunos visitantes, ha disparado la tensión entre el beneficio económico y el coste social del turismo masivo", explican desde Lighthouse.
La lucha de Collboni
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha promovido una política decidida para erradicar los pisos turísticos en la ciudad antes de 2029. Según el plan del Ayuntamiento, no se concederán nuevas licencias para viviendas de uso turístico y, a partir de noviembre de 2028, no se renovarán las existentes.
Esta medida afectará a los 10.101 pisos turísticos actuales, que deberán reconvertirse en viviendas residenciales. El objetivo es aumentar la oferta de vivienda habitual y frenar la subida de los precios del alquiler y la compra.
Turistas abandonando un piso
Además, el Ayuntamiento ha intensificado las inspecciones. El Instituto Municipal de Hacienda (IMH) ha recaudado 287.000 euros tras finalizar 20 expedientes que se saldaron con 47 liquidaciones fruto de los primeros resultados del Plan de regularización fiscal en el sector turístico 2025-2028.
Otras ciudades
El fenómeno ya no es exclusivo de Barcelona: Palma, Ibiza o Málaga también han registrado caídas, aunque más leves, lo que confirma que el debate sobre los límites del turismo se ha instalado en el mapa nacional, no solo en la capital catalana, donde Collboni ha iniciado el proceso para acabar con los pisos turísticos a partir de 2028.
El promedio de la caída en los indicadores diarios de demanda durante julio y agosto es del 4% en Granada, 2% en Ibiza, 3% en Málaga, 7% en Palma de Mallorca y del 1% en Tenerife.