El sindicato UGT Presons ha denunciado este lunes, 22 de septiembre, la creciente entrada de drogas y teléfonos móviles en las prisiones catalanas mediante drones, un fenómeno que el sindicato califica de “ataque constante a la seguridad penitenciaria”.
La crítica llega después de que el pasado sábado se detectara una aeronave sobrevolando el centro penitenciario Brians 2, en Sant Esteve Sesrovires, y se requisara un paquete con varios dispositivos móviles.
El sindicato asegura que no se trata de un incidente aislado, sino de un modus operandi cada vez más habitual que puede tener "consecuencias catastróficas". “Lo que hoy son paquetes de droga o terminales móviles, mañana pueden ser objetos potencialmente mucho más peligrosos y devastadores”, advierte en un comunicado.
Exterior de la prisión de Brians 1, en Sant Esteve Sesrovires
Reforzar la seguridad
UGT ha reconocido que la Generalitat trabaja en nuevas medidas de seguridad incluidas en el Acuerdo Penitenciario 2024-2027, pero reclama que se acelere la instalación de detectores e inhibidores de drones para frenar la proliferación de este tipo de incursiones.
Además, pide al nuevo director general de Asuntos Penitenciarios, Domingo Estepa, que demuestre estar “a la altura” y refuerce la protección de los funcionarios de prisiones.
Fuentes de la Conselleria de Justicia han explicado que el dron fue avistado a las 00:43 horas de la madrugada del sábado sobrevolando Brians 2 y que, posteriormente, a primera hora de la mañana, se localizó el paquete lanzado dentro del recinto que contenía varios móviles.
El departamento ha recordado que en Brians 2 está en marcha un programa piloto para la detección de drones, aunque, por razones de seguridad, no han precisado si fue determinante en este caso.
La prisión de Brians 2 / EUROPA PRESS
Un fenómeno creciente
La utilización de drones para introducir objetos prohibidos en las cárceles es un fenómeno creciente en diferentes países, y Catalunya no es ajena a esta problemática. Los sindicatos de prisiones vienen alertando desde hace tiempo de la vulnerabilidad que generan estos dispositivos, que permiten superar los sistemas de control perimetral de los centros penitenciarios.
En este sentido, UGT subraya que los móviles y drogas no solo ponen en riesgo la seguridad de los internos, sino que también dificultan la labor de los trabajadores penitenciarios, alimentan el mercado negro dentro de los centros y pueden facilitar la comisión de delitos desde prisión.
Mientras tanto, el sindicato insiste en que la solución pasa por reforzar los recursos técnicos y humanos y en acelerar la implementación de medidas que eviten que la tecnología se convierta en un nuevo canal de entrada de objetos prohibidos a las cárceles catalanas.
