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Violencia para pedir la paz. Las manifestaciones propalestinas que se han sucedido estos días en Barcelona han tomado una extraña deriva. Desde el jueves hasta este sábado, los altercados protagonizados por los concentrados han ido in crescendo, deslegitimando la motivación de estas convocatorias.

Manifestante ante un comercio vandalizado en Barcelona LUIS MIGUEL AÑÓN

La primera protesta fue la más tranquila. Durante su desarrollo, solo se registraron escasos golpes y alguna pequeña carga, con un clima de tensión que se mantuvo bajo control.

Los manifestantes no tardaron en revertir la falta de violencia inicial. Al día siguiente, convocados y policías volvieron a darse cita en el centro de la ciudad, con una marcha que arrancó en la plaza de Urquinaona hasta alcanzar la ronda Litoral, a la altura de la plaza de la Carbonera.

En esta segunda jornada se produjeron disturbios que se saldaron con tres personas denunciadas y seis agentes resultaron heridos leves. Objetos contundentes, piedras y cócteles caseros incendiarios conocidos como McGyver fueron los 'compañeros de guerra' de los manifestantes.

Destrozos y agresiones

El punto álgido de las protestas ha llegado este sábado. Parecía que la tensión se había rebajado, con una manifestación matinal relativamente tranquila que, salvo la detención de un convocado por dañar la fachada de algunos comercios, ha transcurrido con normalidad.

Había otra posibilidad. Los manifestantes podían haber guardado el plato fuerte para la tarde. Y así ha sido.

Manifestante detenido por los Mossos d'Esquadra LUIS MIGUEL AÑÓN

Lo que ha empezado con pintadas en cristales y ventanas de locales comerciales, ha derivado en graves destrozos en múltiples tiendas del centro de la ciudad y agresiones a la policía, que se ha visto obligada a realizar algunas cargas en emplazamientos como plaza Catalunya o la Rambla.

El mobiliario urbano también ha registrado daños, y algunas bicicletas estacionadas en las inmediaciones de plaza Catalunya tampoco se han librado de esta exhibición de vandalismo para tratar de impedir el paso de vehículos policiales.

Barcelona, escenario de guerra

Los manifestantes han convertido Barcelona en un escenario de guerra. Y lo han hecho en nombre de los derechos humanos.

Manifestante durante los disturbios en la Rambla LUIS MIGUEL AÑÓN

Al cierre de esta edición constan ocho detenidos por los disturbios de esta tarde. Nueve en el día de hoy. Ni siquiera el desempeño de la policía catalana ha logrado evitar el desastre en el centro de la ciudad, a la que solo le queda cuantificar los daños y esperar que, quien exige la paz, comience a predicar con el ejemplo.

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