No hay muchas, pero de vez en cuando en puntos céntricos de la ciudad o en zonas más o menos turísticas aparece alguna pintada contra el turismo. Hace un par de meses había una en los jardines de la Rambla de Sants y esta semana se puede ver una en la confluencia de la calle de Aragó con la Diagonal.
"El turismo mata els barris", reza la pintada, que se acompaña del símbolo okupa. Tanto en el caso de Sants como en este, al tratarse de un delito de odio, el Ayuntamiento borra los insultos, pero es casi imposible que no haya ninguno, reconocen fuentes municipales.
Las pintadas no son las únicas acciones contra el turismo en Barcelona. El pasado verano, la ciudad vivió el asalto de un bus turístico por parte de Arran, las juventudes de la CUP, en plena oleada de atentados yihadistas por toda Europa. TMB explicó que la mayor parte de los beneficios del bus turístico se destinan a financiar el transporte público.
El pasado mes de mayo, The Independent hizo un ránking con las ciudades que más odian a los turistas y Barcelona figuraba en octavo lugar.