Por aquí no pasa ni Dios

Durante unos minutos -muchos, la verdad-,  la calle Príncipe de Asturias estuvo detenida en el tiempo... El tiempo que los operarios necesitaron para bajar de un camionarro esta autogrúa no menos enorme. Como que media calle ya está paralizada desde que empezaron las obras de adecuación de la vía, el resultado es que no se podía circular por ningún sitio; en realidad, casi no podían pasar nios peatones. Se montó un buen 'pollo', que llegó hasta plaza Lesseps y más allá, y que concitó un concierto de pitos que parecía el Camp Nou silbando al árbitro por no pitar un penalti a favor.

No es culpa de los operarios, que conste. Son cosas que pasan cuando se hacen obras y cuando los horarios de la construcción no coinciden con los de la circulación.