Como Dios manda
De las rebajas no se salva... ni Dios. O sus representantes en la tierra. Por eso, las monjas también quieren aprovechar los descuentos que llegan tras las fiestas navideñas para intentar ahorrarse unos eurillos. Como Dios manda.
De las rebajas no se salva... ni Dios. O sus representantes en la tierra. Por eso, las monjas también quieren aprovechar los descuentos que llegan tras las fiestas navideñas para intentar ahorrarse unos eurillos. Como Dios manda.
¿Quiere comprar una central térmica?
EL FUEGO SE COME UN BALCÓN