El tradicional pesebre de Barcelona vuelve a sembrar polémica. El belén, instalado en la plaza Sant Jaume de Barcelona, no hay año que escape de las críticas de los ciudadanos. Para este 2019, la encargada del diseño ha sido la escenógrafa gerundense Paula Bosch Bartrina.
Algunos lo han calificado como "trastero" o el belén "caja". Otros, como Josep Bou, aseguran que "parece un punto verde de recogida de residuos". El líder del PP en Barcelona ha cogido el relevo a Alberto Fernández-Díaz en la crítica contra el belén de Barcelona. El anterior presidente de los populares en el Ayuntamiento cargó año tras año contra los pesebres que instalaba la alcaldesa Ada Colau. La crítica subyacente era que las adaptaciones artísticas --muchas veces incomprensibles para la gran mayoría de ciudadanos-- se alejaban de la tradición navideña.
Otro de los argumentos recurrentes para poner verde al belén de Barcelona es su elevado coste. Aunque este año se ha reducido ligeramente el presupuesto, el polémico pesebre cuesta 97.000 euros, tal y como avanzó Metrópoli Abierta.
A la vista de la dificultad de satisfacer a todos los barceloneses, quizá de cara al año que viene la pregunta que habría que hacerse es si seguimos gastando casi 100.000 euros anuales en un belén que, pase lo que pase, siempre acaba siendo criticado.