Glovo siempre ha defendido su modelo laboral. El mismo que le ha permitido colarse como una de las startups mejor valoradas de toda España: más de 1.000 millones de dólares desde diciembre de 2019, tal y como avanzó este medio.
La compañía dirigida por Oscar Pierre fue una de las primeras empresas en considerar a sus repartidores como autónomos. Asegura Glovo que este sistema permite a los riders organizar sus horarios según sus preferencias y necesidades de facturación.
No obstante, la pobreza que lleva consigo su modelo laboral es visible desde múltiples rincones de la ciudad. En la fotografía siguiente, se puede ver como uno de sus "autónomos" duerme bajo unos cartones en un cajero automático. Una imagen que no es la primera vez que se produce, y que según los riders no pasaría si en vez de ser "autónomos" fueran asalariados.
Mientras sus trabajadores malviven como pueden, Oscar Pierre goza de su riqueza en la zona alta de Barcelona, donde defiende sin despeinarse las veleidades de su modelo laboral.