La pastelería más colorida de Barcelona está en el número 207 de la calle Diputación. Es un lugar muy transitado donde el local se destaca con sus luces de neón que dicen "BOLLO Cakery" en distintos colores. No pasa desapercibida, no solo por sus luces sino también por sus tartas, también de todos los colores. Unas son más grandes, otras se comen a bocados, todas son elaboradas con materia prima ecológica, ingredientes de calidad, bajos en azúcar y mucho amor.

Ya os contamos sobre el té de sirena y el café de colores: dos propuestas llamativas en tendencia en la ciudad y en las redes sociales. Ahora esta nueva y suculenta pastelería ha llamado nuestra atención y hoy aprovechamos para contarte sobre ella.

UN PROYECTO DULCE Y ECOLÓGICO

Lorena Hendlin es la emprendedora venezolana que capitanea esta propuesta repostera que abrió sus puertas a finales del año pasado en la ciudad. Formada como chef en la prestigiosa Escuela Hoffman, la joven se especializó en pastelería en el Espai Sucre, una vez descubierta su pasión. Bollo Cakery es el resultado de su aprendizaje en el mundo de la cocina.

La pastelería, ubicada en el centro de Barcelona, rompe con lo tradicional: el color invade todo el local y cada trozo de pastel servido. A su vez, se refleja el humor y la innovación al implementar colorantes naturales veganos, harinas ecológicas y otros productos integrales. Además, quienes visitan el local para comer una tarta --de distintos tamaños-- también pueden disfrutar de la amplia carta de tés y cafés que ofrece este espacio.

COMER BOCADITOS DE TARTA

Su lema es #EatMyBollo, tres palabras que desprenden una connotación sexual con mucha picardía. Entre sus especialidades, que se pueden pedir en el local o por encargo, se destacan, por supuesto, las tartas en tres presentaciones diferentes. La primera propuesta son las “Reinas”, cinco pasteles distintos inspirados en hits musicales como Roar de Katy Perry, Run the world de Beyoncé o Born this way de Lady Gaga. Este tamaño es ideal para un evento o una tarta de cumpleaños.

La segunda opción son las “Mini majestades”, cuatro tartas más pequeñas que las anteriores, donde el comensal puede elegir entre vainilla, chocolate, limón o red velvet para el sabor de su interior. A su vez, se destaca un pastel cuyo acabado tiene toda la intención de parecerse a un bloque de cemento.

La última son los “Bites”, pequeños bocados para comer de un mordisco. Pueden escogerse de un sabor o de varios en packs de nueve porciones. Nuevamente son de todos los colores y estilos, aunque entre su sabores, destacamos el de chocolate vegano, el de zanahoria, el de vainilla  y el de sabores frutales.

Noticias relacionadas