Ir de tapas es un plan al que nadie se resiste. En Barcelona existe una calle que es perfecta para ello por la gran variedad de bares con los que cuenta. Está en pleno centro de la ciudad y en uno de los distritos más bonitos de la capital catalana, el Eixample. En efecto, se trata del paseo de Sant Joan, que a pesar de no ser tan conocido como el paseo de Gràcia, guarda sus propios encantos y algunos de los restaurantes más baratos de Barcelona.
De hecho, la revista Tapas Magazine, especializada en el mundo de la gastronomía, destaca el paso de Sant Joan como la mejor calle de Catalunya, además de Barcelona, para irse de tapas con los amigos. Aunque esta zona de la ciudad es de lo más versátil, ya que la avenida también presume de tener los mejores bares donde hacer el vermut el fin de semana o los mejores locales de brunch.
Es una calle con sombras, bares, espacios públicos con bancos y mesas para sentarse sin necesidad de consumir, edificios modernistas u otras fincas señoriales cuyas fachadas embellecen el entorno. De hecho, en 2021 fue considerada la segunda calle más bonita del mundo por Time Out.
Una ruta histórica
El paseo de Sant Joan está situado en la Dreta del Eixample, empieza en Travessera de Gràcia y baja hasta topar con el imponente Arco de Triunfo y el parque de la Ciutadella. A pesar de no ser tan conocido como el paseo de Gràcia, el de Sant Joan guarda sus propios encantos y algunos de los edificios modernistas más escondidos, como la Casa Macaya, del arquitecto Puig i Cadafalch, que incluso fue propuesta para ser la sede del CaixaForum.
La historia de este paseo se remonta a finales del siglo XIX, cuando se empezó a construir el Eixample, y de hecho su nombre es un homenaje al antiguo paseo que bordeaba la explanada de la Ciutadella y que desapareció al ser derribada la antigua fortaleza.
Calle modernista
Subir hasta Gràcia o ir bajando por este paseo tranquilo observando los clásicos edificios del Eixample y alguna joya modernista puede ser todo un placer. Además de para ir parando en sus jardines y esculturas, como la del capellán Jacint Verdaguer, y disfrutar de los antiguos comercios y fuentes, como la de Hércules, la fuente monumental más antigua de la ciudad, este paseo es toda una experiencia para conocer una parte de la antigua Barcelona de comienzos del siglo XX. Al otro lado, el Arco de Triunfo se abre como un premio final que permite cruzar hasta el parque de la Ciutadella y completar un magnífico paseo.