El bar para locales que arrasa en Barcelona y tiene un solete Repsol: platillos y tapas por menos de 10 euros
En un barrio como el Born donde es habitual encontrar precios altos y propuestas orientadas a turistas, este restaurante mantiene una oferta accesible
En un Born cada vez más orientado al turismo, donde los locales tradicionales ceden espacio a establecimientos diseñados para el visitante, el bar Pimentel surge como una rara avis. Mientras buena parte de la hostelería del barrio se centra en ofrecer experiencias gastronómicas llamativas, dulces de autor y restaurantes sofisticados, el Pimentel apuesta por lo esencial: buena comida a buen precio, pensada para el día a día y para la gente del barrio.
Ubicado en la calle Carders 11, Pimentel es el proyecto de Martin Pimentel, quien decidió darle un giro al local que antes ocupaba su cadena de pollo frito, Piel de Gallina. El espacio renueva la estética castiza y la tradición culinaria, con una carta que respeta los sabores de siempre, pero con un toque fresco y personal.
Con un 'solete' de Repsol
Esta filosofía de cocina de barrio le ha valido el distintivo de 'Solete' de la Guía Repsol, un reconocimiento que destaca a locales auténticos y accesibles, alejados de la alta cocina pero con alma propia.
¿Qué se come en el Pimentel?
La carta de Pimentel combina platos de toda la vida con pequeños giros que los hacen especiales. Así, el clásico trinxat se reinventa aquí con espigall, una verdura típica catalana, dándole una nueva dimensión a este plato tradicional. Las olivas vienen marinadas en vermut, y el salmorejo, sedoso, se presenta acompañado de un tartar de atún, demostrando que la creatividad no necesita estridencias para sorprender.
Las tapas esenciales —croquetas, ensaladilla, empedrat con judías de Santa Pau y bacalao— se preparan con el respeto y el cariño de la buena cocina de barrio, sin añadidos innecesarios. Para quienes buscan algo más contundente, los huevos rotos con torrezno ofrecen una opción “gocha” y deliciosa. Y de postre, una cheesecake de mel i mató, un guiño a los sabores catalanes que cierra la comida con un toque dulce y tradicional.
Platillos a precios razonables
En un barrio donde es habitual encontrar precios altos y propuestas orientadas a turistas, Pimentel mantiene una oferta accesible: entre 10 y 25 euros para una comida completa, o incluso menos si solo se busca una cerveza y un par de tapas [puedes consultar la carta aquí].
Un pequeño refugio para vecinos y amantes de la cocina sin pretensiones, que devuelve al Borne un rincón donde sentirse como en casa.