El lago de la Creueta del Coll, una de las zonas de baños urbanos de Barcelona, sigue cerrada al público pese a que tenía prevista su apertura el pasado 24 de junio. El lago, que se encuentra en el barrio del Coll, en Gràcia, está clausurado por "motivos técnicos", según una nota oficial del Ayuntamiento, que no ha dado ninguna otra explicación a los usuarios, ni ha dicho cuándo abrirá el equipamiento.
Metrópoli Abierta ha accedido estos días al parque de la Creueta del Coll, situado en el paseo de la Mare de Déu del Coll 77, y ha comprobado que el lago se encuentra vacío y las instalaciones cerradas. Un gran cartel anuncia en la valla de entrada que "por problemas técnicos se retrasa la apertura del lago-piscina. Les mantendremos informados. Disculpen las molestias", reza.
El presidente de la asociación de vecinos del barrio del Coll-Vallcarca, Salvador Barrau, cree el problema es una fuga de agua de las nuevas conducciones, pero tampoco lo sabe con certeza. "Si fuera eso podría abrir mañana mismo". De momento, el lago lleva cinco días cerrados. Fuentes del distrito de Gràcia explican que el retraso en la apertura se debe a unas obras de mantenimiento para aislar el fondo de la piscina para evitar que se vacíe.
ACTO INCÍVICO
A finales de junio del año pasado, la piscina tuvo que cerrar de repente porque seis personas se hirieron con cristales tirados adrede al fondo del agua. No es el único acto incívico que el parque ha vivido el último año. El pasado enero, unos vandálicos destrozaron varios bancos y arrancaron una mesa de pícnic. Barrau asegura ahora que aquel episodio es agua pasada y que ya no se ha repetido. "La Guàrdia Urbana está muy encima".
El lago se encuentra en la que fue una antigua cantera que fue transformada en parque público en 1987 por los arquitectos Bohigas-Martorell-Mackay. De hecho, junto a la zona de baños hay una gran escultura de Eduardo Chillida. Se trata de un gran bloque de hormigón de 54 toneladas suspendido con cuatro cables que cuelgan de la montaña.
En mayo de 1998, tres personas resultaron heridas tras el desprendimiento de uno de los tensores. Aunque la esculttura está ahora en una zona cerrada al público, aquel año los tres heridos -con magulladuras y contusiones leves- estaban realizando una sesión fotográfica junto al momumento cuando se desprendió. La obra de Chillida acabó en el suelo y sufrió importantes daños.
El lago de la Creueta del Coll, que tiene 2.700 metros cuadrados y apenas 60 centímetros de fondo, dispone de capacidad para más de 800 personas. El espacio incluye, además, una gran plaza de 60.000 metros cuadrados y zonas de pícnic con una espectaculares vistas sobre la ciudad.