Es una de los lugares más emblemáticos del barrio de Gràcia y uno de los más curiosos de Barcelona. De planta cuadrada, destaca sobre todo por la gran torre-campanario que se encuentra justo en el medio y que en las cuatro caras de su parte superior muestra un enorme reloj. Por eso, a la plaza se la conoce también como la plaza del reloj. Urbanizada en 1836, es con sus casi 3.000 metros cuadrados de superficie la más grande del barrio.

La impresionante Torre del Reloj fue construida entre 1862 y 1864 con diseño de Antoni Rovira i Trias. Su origen fue simple: al no haber en el centro de la villa de Gràcia ningún campanario lo suficientemente alto para que los vecinos lo escucharán desde todos los rincones de la vila, las única iglesias con campanario estaban situadas en las afueras, se optó por construir una torre-campanario para avisar a los habitantes de la zona ante cualquier situación de emergencia.

El campanario se hizo muy célebre en 1870, durante la conocida como Revolta de les Quintes. Cuenta la leyenda popular que durante cinco días la campana no dejó de sonar cuando el ejercito intentaba reclutar a los jóvenes de la villa para enrolarlos. A base de bombardeos se intentó destruir el campanario para callar la campana, pero no lo lograron. La campana sonaba, según la creencia popular, gracias a una cuerda que iba hasta una casa desde la que una vecnina la hacía tañir, y en honor de la mujer que al parecer tiraba de la cuerda, la campana se conoció con el sobrenombre de La Marieta. De todas formas, la torre quedó lo suficientemente deteriorada para que en 1887 ya tuviera que ser restaurada.

En la parte baja, la torre conserva una vieja fuente, que en sus orígenes sirvió, sobre todo, como abrevadero para los animales. La torre fue restaurada en 1982

La plaza, que nació como plaza de Oriente, ha tenido varias denominaciones. En 1845 pasó a llamarse de la Constitución, y en 1890, Rius i Taulet, nombre del alcalde de la ciudad que impulsó la Exposición Universal de 1888. El nombre actual de plaza de la Vila de Gràcia no fue adoptado hasta el año 2009, tras una consulta popular.

CENTRO DE REUNIÓN

Actualmente, la plaza de un lugar de reunión de vecinos y visitantes, con terrazas que permiten tomarse un refresco y disfrutar de unos momentos de relax y buena conversación. Pero también es el centro de la vida institucional del barrio. Uno de sus edificios alberga la sede del distrito y desde su balcón, entre otras cosas, se pronuncian los pregones de las fiestas de Gràcia, probablemente los festejos de barrio más populares de la ciudad, y en ella se celebran actos ligados a la cultura popular, como castellers o conciertos de índole muy diversa.

Acercarse a la plaza de la Vila de Gràcia es entrar en la historia del barrio y descubrir uno de los rincones más interesantes de la ciudad.

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