Hace un par de semanas, el Ayuntamiento hizo público un decreto de alcaldía en el que permitía “ampliar la superficie de las terrazas cuando la ocupación total no supere el 50% de la superficie libre de de una plaza”. Ahora bien, unos pocos días después, algunas informaciones apuntaban a que en Gràcia esta situación no se podría cumplir.

L'Independent de Gràcia, citando fuentes de técnicos del distrito, aseguraba el pasado 30 de mayo que el complicado aterrizaje a nivel técnico en esta zona céntrica de la capital catalana "habría hecho descartar someterse a la norma, a causa del fuerte contraste que significaría respecto a los porcentajes actuales de ocupación". En este sentido, cabe recordar que esta cuestión ha producido profundas discrepancias a lo largo de los último años entre la Administración Local y un sector de los vecinos.

SIN SOLICITUDES (DE MOMENTO)

Tal y como recordaba el citado medio, las plazas más concurridas del distrito tienen el siguiente porcentaje de ocupación sobre el espacio: Sol (10,2%), Vila (9%), Virreina (7%), Revolució (7%), Rovira (4,2%), Nord (1,6%) y Diamant (1,4%). Eso sí, desde el distrito dicen que ello no depende de una cuestión numérica.

Según informan fuentes de prensa del distrito de Gràcia a Metrópoli Abierta, el decreto municipal “prevé la ampliación hasta un máximo que quede libre este 50% de la superficie de la plaza, pero no quiere decir que todas las ampliaciones tengan que llegar a este máximo”. De hecho –mantienen estas mismas voces-, “también prevé otros criterios a tener en cuenta a la hora de evaluar la solicitud de ampliación”.

EVALUACIÓN CASO A CASO

Por lo tanto, el equipo técnico de terrazas, creado para hacer la evaluación de las peticiones de ampliación de terrazas como medida excepcional y temporal durante la desescalada, evaluará cada petición caso a caso teniendo en cuenta las características de cada espacio. Además, ya está previsto que las ampliaciones no pueden ser en perjuicio del espacio público en las plazas.

Así lo aseguran fuentes oficiales del distrito, que han indicado a este medio que “se evaluará cada petición, teniendo en cuenta todos los criterios del espacio, usos ciudadanos, ruido y el cumplimiento de todas las ordenanzas municipales”.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, acompañada del concejal de Gràcia, Eloi Badia / EFE



Ada Colau, acompañada del regidor de distrito de Gràcia, Eloi Badia / EFE

El Ayuntamiento aseguraba esta semana que los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana son los encargados de contener la afluencia en las plazas. Esta campaña se reactivó con la fase 1 con patrullaje fijo o itinerante, de lunes a jueves de 19h a 22h y hasta las 0h el fin de semana. Los vecinos de la plaza del Sol han pedido que se vuelva a reunir la Mesa de Plazas.

CRÍTICAS AL DECRETO

Algunas entidades, como por ejemplo, la FAVB, Carrers per a Tothom o Catalunya Camina, han denunciado que el decreto está “hecho a medida del Gremi de Restauració” y acusan al gobierno sociocomún de no escuchar las propuestas de los colectivos vecinales de la Ciudad Condal.

En un comunicado, las asociaciones avisan que durante las semanas de verano habrá bastantes calles y plazas del distrito con dificultades de movilidad. “Veremos nacer nuevas terrazas allá donde no había, y con la posibilidad de ocupar hasta un 50% del espacio y los horarios permitidos”, lamentan.

¿CONFLICTO DE CONVIVENCIA?

Además, el documento alerta de un posible “conflicto de convivencia”. Estas organizaciones denuncian que estos últimos días ha habido bares con “poca responsabilidad social que han puesto más mesas y sillas de las permitidas, incluso sin esperar a disponer de la necesaria licencia”.

Ante el uso de estas palabras tan gruesas por un sector del vecindario, Metrópoli Abierta se puso en contacto con los representantes de los resturadores. Pero el Gremi de Restauració prefirió no hacer declaraciones al respecto.

LOS BARES, CENTRADOS EN CUMPLIR LA LEY

Si uno hace el ejercicio de pasear una tarde-noche por Gràcia y fija su atención en cómo las terrazas de los bares respetan el decreto de alcaldía, observa que, en general (siempre hay excepciones), se está respetando bastante.  

Isaac Marín es el encargado del bar Placídia (situado en la plaza Gal·la Placídia) y también es el hijo del propietario del establecimiento e indica que en estas primeras semanas tras la reapertura “está viniendo mucha gente viene con ganas de consumir”. Aunque, eso sí, asegura que les cuadran los números porque están con la mitad de personal.

Imagen de la terraza del bar Placídia, situado en plaza Gal·la Placídia / DF



Imagen de la terraza del bar Placídia, situado en plaza Gal·la Placídia / DF

El joven ha puesto el 50% de las mesas de las que disponía en marzo y no se muestra especialmente preocupado por los rumores que han surgido. “Nosotros estamos cumpliendo con el número de sillas que marca el Ayuntamiento desde que volvimos a abrir”, subraya.

Alejandra Carrillo trabaja en el bar-restaurante Nou Candanchú (ubicado en la plaza de la Vila de Gràcia) y se encarga de cuadrar la caja antes de cerrar por la noche. De momento, las dos primeras semanas han ido “bien”. Aunque, desde su punto de vista, “lo malo es que solo tenemos el 50% de las mesas de la terraza utilizadas y la mitad del personal habitual. Pero, algo es algo”, apostilla.

Imagen de la entrada del bar Nou Canadanchú, ubicado en la plaza de la Vila de Gràcia / DF



Imagen de la entrada del bar-restaurante Nou Canadanchú, ubicado en la plaza de la Vila de Gràcia / DF

Sobre el decreto de alcaldía, Carrillo recalca que lo han cumplido “a raja tabla”. Por ello, no han puesto ni una mesa más “por miedo a las sanciones”, añade. También afirma que cierran puntualmente a las 0h y que no han tenido ningún problema con los vecinos sobre esta cuestión.

DESCENSO DEL TURISMO EXTRANJERO

Por otro lado, Marín no cree que le afecte el posible descenso de turistas extranjeros este verano. Es más, pronostica que los problemas de aforo no serán tan graves como en 2017, cuando se sucedieron el atentado de la Rambla y la polémica actuación policial en el día del referéndum del 1-O, que, según él, por aquel entonces sí lo notaron.

Mientras que Carrillo, por su parte, da la temporada de verano prácticamente por perdida y asegura que el negocio en el que trabaja sí notará la más que presumible caída del número de turistas en la época más calurosa del año. “Nos va a afectar a nosotros y a toda Barcelona”, lamenta una pesimista Carrillo.

Turistas con maletas en Barcelona / EFE



Turistas con maletas paseando por Barcelona / ARCHIVO 

En los meses de verano habrá que estar atentos si los bares de Gràcia, con la llegada de algunos turistas (aunque en un número mucho más reducido que en anteriores temporadas), siguen o no cumpliendo con la normativa de las terrazas. 

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