Barcelona tiene un calendario de adviento gigante en pleno centro: se puede visitar gratis y está junto a un gran árbol

La Navidad ya se ha apoderado oficialmente del centro de Barcelona y lo ha hecho con una de las propuestas más llamativas de este año: el calendario de adviento más grande de la ciudad. 

Este proyecto se ubica en la fachada de Casa Seat, justo en pleno Paseo de Gràcia, y viene de la mano del artista urbano  TV BOY, que convierte el edificio en un enorme escaparate iluminado que atraerá todas las miradas durante el mes de diciembre.

Lejos de los calendarios tradicionales, aquí no hay chocolatinas ni sorpresas materiales. Lo que se revela cada día es algo distinto: una personalidad destacada de Barcelona, una figura que ha contribuido de alguna forma al pulso cultural, deportivo o social de la ciudad. Un homenaje urbano que combina arte, identidad y espíritu navideño.

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24 rostros únicos

El funcionamiento es el de toda la vida, aunque a lo grande. Del 1 al 24 de diciembre, cada jornada se ilumina una nueva “ventana” de la fachada, mostrando el retrato ilustrado de una figura relevante vinculada a Barcelona.

El objetivo: mostrar la diversidad de talentos que conviven en la ciudad.

Entre los nombres ya conocidos figuran el pastelero Jordi Roca, referente mundial en gastronomía; la nadadora Iris Tió, primera barcelonesa con un oro mundial en solo libre de artística; el piloto Marc Márquez, reciente campeón de MotoGP; o la futbolista Vicky López, premiada con el galardón Kopa.

Navidad cultural

El calendario forma parte del programa Magic Days by Rocambolesc, la propuesta navideña que Casa Seat ofrece este año disponible hasta el 5 de enero.

La iniciativa incluye talleres, actividades familiares y degustaciones, pero su elemento más visible —y el que ya se ha convertido en fenómeno fotográfico— es esta fachada intervenida.

La instalación se integra en la renovada iluminación navideña del Eixample, que este año ha apostado por diseños más modernos y artísticos. El Paseo de Gràcia, una de las arterias comerciales más transitadas del país, se ha transformado así en un escenario perfecto donde tradición y creatividad se dan la mano.

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Un árbol enorme de vecino

Además, justo al lado, en los Jardinets de Salvador Espriu, en la intersección con la Avenida Diagonal, yace un árbol de Navidad monumental con una estrella inspirada en la Sagrada Família, que completa el recorrido festivo que miles de vecinos y turistas visitan cada día.

Este árbol tiene una altura de 12 metros, y asienta la gran propuesta de la capital catalana por ofrecer un espectáculo navideño en todas sus versiones y en cada punto estratégico de la ciudad. 

Un reclamo para vecinos y visitantes

Ver el calendario de Adviento en directo no solo es gratuito, sino que además se ha convertido en un pequeño ritual urbano. Familias, curiosos y aficionados al arte se congregan frente a la fachada para descubrir qué rostro aparecerá cada día. La instalación crea así un momento compartido, un “evento diario” que refuerza el sentimiento de comunidad.

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Este tipo de intervenciones contribuyen a que Barcelona siga consolidándose como una ciudad que utiliza el espacio público para crear experiencias culturales accesibles, alejadas de los clichés navideños y con una mirada puesta en su propio talento local.

Barcelona en Navidad

Asimismo, Barcelona se erige como una de las ciudades con más turismo en esta época, con su variedad de ofertas. Uno de los platos fuertes son los mercados navideños, como el ubicado a los pies de la Sagrada Família, disponible hasta el 23 de diciembre.

Más de 70 puestos se instalan con una oferta tradicional de árboles de Navidad, plantas de temporada, pesebres y figuras típicas, decoración navideña, dulces artesanos, turrones, productos gourmet, así como regalos, artesanía, bisutería y ropa. 

Feria de Navidad de Sagrada Familia Wikipedia

Este año, como novedad, se incorpora una experiencia inmersiva dedicada a tradiciones navideñas locales, para acercar a visitantes y barceloneses a la cultura catalana e invitar al público a sumergirse en el espíritu de la Navidad.