El Ayuntamiento de Barcelona se mueve en materia de vivienda. Las iniciativas impulsadas por el actual gobierno contrastan con la pasividad en el anterior mandato, durante el cual la vivienda social avanzó mucho menos de lo previsto.
El consistorio acaba de encargar a la constructora Copcisa la construcción de un edificio plurifamiliar de 83 viviendas para mayores con equipamientos de barrio y residenciales en La Salut (Gràcia).
En concreto, se levantará en la avenida de Mare de Déu de Montserrat, en los terrenos que ocupaba la antigua Quirón. El espacio, según el Ayuntamiento, se llamará "unidad de convivencia".
Un espacio pionero
La obra costará casi 17,4 millones de euros y al concurso convocado por el consistorio se presentaron un total de 18 ofertas. El bocado era muy apetitoso. Copcisa ganó la puja, de la que fueron excluidas dos empresas por baja temeraria.
Según el consistorio, este edificio es un “espacio pionero” que busca cubrir las carencias de vivienda, pero también espacios adaptados para mayores con necesidades de vivienda adaptada”, por lo que una parte del mismo funcionará como alternativa a las residencias actuales.
Render del interior del futuro edificio del solar de la clínica Quirón
Umbráculo contra el calor
El edificio tendrá un gran patio central que se comporta como una gran ágora de llegada desde donde se centralizan los accesos a los pisos y a los diferentes equipamientos. Dispondrá de un umbráculo para combatir el calor del verano.
Con sótano y cinco plantas con apartamentos, todos los pisos tienen fachada a calle y a interior de la isla para garantizar una ventilación cruzada eficiente (además de habitación doble, cocina, comedor y baño).
En la planta cuarta, se incorpora una “unidad de convivencia” con 11 habitaciones (dormitorio y baño), con recepción, sala de personal lavandería y salas compartidas.
Esta unidad, según el proyecto, es “un nuevo modelo de hogar en respuesta a las demandas de las personas mayores que presentan una mayor necesidad de ayuda”.
Un jardín terapéutico
La planta quinta albergará un huerto y un “jardín terapéutico” utilizado por los usuarios de la unidad de convivencia. Este jardín está pensado para la plantación de especies que fomenten la biodiversidad y diseñado para disponer de espacios para caminar y sentarse “en un ambiente recogido de reflexión y tranquilidad”.
El solar se estructura, en realidad, en dos bloques independientes de 49 y 36 pisos, además de la unidad de convivencia. A todos se accede por pasillos exteriores a modo de porche que están concebidos como espacios de encuentro y relación.
El auditorio, que incorpora un espacio foyer, auditorio, butacas para 230 personas y salas de ensayo, se ubicará en la planta subterránea.
Lógicamente, estará totalmente insonorizado. Los casales de barrio, de jóvenes y de mayores irán en las plantas baja y primera y tendrán servicios compartidos con las viviendas.
Detalles de los futuros pisos de la antigua clínica Quirón
Problemas con las tierras
Este edificio se tenía que haber construido antes e incluso fue adjudicado a Levantina Ingeniería y Construcción. Las obras llegaron a ser adjudicadas a esa empresa en diciembre de 2021 por un monto de casi 13,9 millones de euros.
Eran los tiempos de Ada Colau como alcaldesa, pero había trampa: “Esta licencia contemplaba que el proyecto del equipamiento quedaría construido solo a efectos de estructura envolvente para acabarse en un futuro”, dice el nuevo proyecto que se tira ahora adelante.
La edificación tendría los 83 pisos, un casal de ancianos, un casal de barrio, un casal de jóvenes y un auditorio.
El abandono de las obras
Pero no todo fue como estaba previsto: comenzaron las obras en mayo de 2022 y pronto se encontraron problemas. Así, el 25 de marzo de 2023 se firmó una modificación del contrato para “adecuar la fundamentación del edificio a la realidad del terreno excavado y para gestionar las tierras contaminadas aparecidas”.
El presupuesto se incrementaba en algo más de 1,6 millones de euros y se retrasaba la finalización de las obras en 4 meses y medio.
El 4 de abril de 2024, la empresa contratista abandonó la obra y suspendió los trabajos, lo que comportó la resolución del contrato. Hasta ese momento, según recoge el proyecto actual, se habían construido las estructuras de dos plantas subterráneas y dos plantas.
30 meses para acabarlo
Desde entonces, se modificó el proyecto para “encajar el interior de los equipamientos, simplificar las instalaciones de las viviendas, adecuar el proyecto y sus envolventes a los estándares económicos actuales, además de actualizar el presupuesto”.
Esa actualización ha sido compleja. Por un lado, se reforzarán los pilares construidos “que, por las problemáticas previas con el terreno no cumplían con los requisitos estructurales; se han modificado algunas soluciones constructivas para abaratar el coste total de la obra y ajustar el nuevo presupuesto y se ha incluido el proyecto ejecutivo de los equipamientos, que finalmente se construirán conjuntamente con las viviendas”.
La nueva etapa ya está en marcha. No se esperan más inconvenientes para rematar la faena de manera satisfactoria. Los pisos deberán estar entregados en un plazo de 30 meses, es decir, de dos años y medio.
