El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) aún está lejos de cumplir con el medio ambiente. Se trata del territorio, integrado por 36 municipios, que menos recicla de Cataluña con un 36,1%. A pesar de que en el ámbito metropolitano, que incluye Alt Penedès, Baix Llobregat, el Garraf, el Maresme, el Vallés Occidental y el Vallès Oriental, la recogida de residuos reciclados en 2018 fue, con un 38%, de dos puntos superior a los de 2017, que obtuvo un 36%, esta cifra es inferior a la media catalana, que es de un 42%. A ambos porcentajes les falta demasiado para alcanzar el objetivo del 50% de reciclaje que establece la Comisión Europea para el 2020.
Estos datos los ha compartido este miércoles el director de la Agencia de Residuos de Cataluña, Josep Maria Tost, en una rueda de prensa que ha tenido lugar en el Palau Robert. Allí también ha recalcado que la comarca donde se ha tirado con más frecuencia cada material en el contenedor que toca es El Maresme, que el año pasado tuvo un índice de recogida selectiva del 43,63%.
ESTIMULAR AL QUE RECICLA
En referencia a los resultados de la AMB, Tost ha recalcado que, para pisar en el futuro un escenario mejor, es necesario que “la gente se implique y que haya voluntad política de cambio”. Y para ello, se deberían premiar a aquellos Ayuntamientos que velan por el bienestar de la Tierra. “No puede ser que el ayuntamiento que recicla y el que no paguen lo mismo fiscalmente. Es decir, que el segundo pague más impuestos que el que recicla, que haya un estímulo”, propone Tost y, acto seguido añade, “no se debe hacer política con esto y a veces se hace demasiada política con las ordenanzas fiscales".
A pesar de todo el camino que queda por recorrer, el director de la Agencia de Residuos de Cataluña ha celebrado que en el ámbito metropolitano la recogida selectiva de papel y cartón, envases, orgánica y cristal ha crecido respecto al año anterior. Los primeros materiales son los que han experimentado una mayor subida con un 20,9%, los segundos les siguen con un 11,8%, después continúan los residuos orgánicos con un 7,4% y en la cola se encuentra el cristal con un 6,3%.
"MAYOR SENSIBILIDAD"
Para Tost, estos datos muestran que “hay una mayor sensibilidad por parte de la sociedad, pero que se debe hacer un cambio importante. Cambios en la forma de producir y consumir, además de ser capaces de reciclar mucho más”.
Otra problemática del sistema de recogida selectiva es que, según Tost, “lleva 20 años estancado”. Está claro que campañas como ‘Envás, on vas’ no han calado en la ciudadanía. Y es por eso que Tost vuelve a insistir en que “la clave es fiscalizar. No inventamos nada. En parte de Europa se hace así”.