Caminar por algunas calles de La Dreta del Eixample significa ahora encontrarse con montones de bolsas de basura. Desde que algunos manifestantes quemaron durante los disturbios contenedores con los que levantar barricadas, los vecinos y comerciantes de la zona se han quedado sin y, por tanto, deben tirar restos de comida, cartones, plásticos o cristales en medio de la calle. Eso ha desatado el malestar entre algunas personas del barrio.

EL VECINDARIO

La vecina Violeta Copons cuenta a Metrópoli Abierta que en su piso ya no pueden reciclar porque nos saben dónde ir con todas las garrafas de plástico que acumulan en casa y que el otro día tuvo que apartar con las manos unas bolsas que ocupaban un aparcamiento para estacionar su coche. Ana Benzal denuncia que “te puedes encontrar basura en cualquier sitio, como debajo de una papelera ordinaria”. Y Alexandra Pons explica que ya ha visto algunas ratas entre los residuos y que en tres ocasiones se han incendiado algunos. “Prenden rapidísimo y el olor es terrible”, agrega al hablar de una realidad que afecta al día a día de los vecinos de La Dreta del Eixample.

Fuentes del Ayuntamiento argumentan que no han repuesto los contenedores porque están "a la espera de que se normalice el servicio", a que lleguen de nuevos y, además, están "siguiendo las recomendaciones de seguridad”. También recuerdan que se ha informado de la situación a los vecinos y a los comerciantes, que se ha pedido a la ciudadanía que tire los desperdicios en el contenedor más cercano al punto habitual a partir de las 20h y que se recogen cada día. Pero aun así, la indignación no cesa entre algunos comerciantes del barrio. 

Basuras en la calle Bailén / ALBA LOSADA



SIN LUGAR DONDE TIRAR LOS DESPERDICIOS

Sergi López, dueño del Estanco de la calle Bailén 150, indica que deposita los plásticos y papeles de las cajas de tabaco en dos cajas de cartón. Cuando las llena hasta arriba debe tirarlas en la calzada porque su local es “muy pequeño”. Y para Rosa Yu, trabajadora del Frankfurt Calipso, situado en Roger de Flor con Consell de Cent, señala que la situación “es muy pesada”. Para reciclar debe acumular grandes bolsas de plástico, papel y cristal durante todo el día porque los contenedores que había delante de su establecimiento ardieron hace unos días. ““El Ayuntamiento tendría que dejar alguno. ¿Hasta cuándo vamos a estar así? ¿Hasta el año que viene?”, se pregunta indignada. 

Por su parte, desde el Frankfurt La Cabaña apuntan que, para evitar más incidentes, han optado por guardar todos los cartones en el almacén y sacarlos a la calle al caer la madrugada, poco antes de que pase el camión de recogida de basuras. “Es muy molesto tenerlos por aquí, pero qué le vamos a hacer. Prefiero esto a que vuelvan a quemar desechos aquí delante”, lamenta uno de los trabajadores del establecimiento que se encuentra en Diputació con Roger de Flor. 

Trabajadores del Frankfurt La Cabaña / ALBA LOSADA



DIFICULTADES PARA RECICLAR

Domingo Romero, dueño del restaurante Punt de Mira, cuya localización está en el cruce de Gran Via con la calle Bailén, indica que la solución no es guardar los cartones en el establecimiento hasta las 20h, del mismo modo que tampoco cree que deban llevarlos los restauradores "a cuestas" hasta "dos o tres calles" de distancia. “No tener contenedores aquí hace que no podamos reciclar. El Ayuntamiento nos dice que nos sanciona si no lo hacemos y ahora no podemos tirar cada material donde toca”, dice Romero y agrega: “Nos pueden pedir que estemos así tres o cuatro días, pero ya llevamos unos 15”.  

El caso de este comercio no es el único que demuestra lo difícil que es ahora reciclar en La Dreta del Eixample. Rosa Yu, del Frankfurt Calipso, subraya que, para seguir contribuyendo a cuidar el medioambiente, su marido debe llevarlos cada noche a cuatro calles de su bar. Desde el Frankfurt La Cabaña, reconocen que llevan días sin hacerlo. Y López, del Estanco de la calle Bailén 150, dice que mientras no haya contenedores, los cartones y basuras se irán al suelo. “Me parece inadmisible. Entiendo que estemos así unos días, pero no tanto tiempo… Ya es por higiene también”. Ahora, los vecinos y comerciantes de la zona solo pueden esperar a que el panorama no tarde demasiado en cambiar.

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