La pobreza siempre ha sido un terreno fértil para el tráfico de drogas. El barrio de Sant Roc, en Badalona, refleja el poder de la adicción y del negocio del trapicheo. También explica como una minoría estigmatiza a una mayoría de vecinos humildes de clase trabajadora en un barrio azotado duramente por la crisis económica. Una comunidad, doblemente golpeada por la droga, un problema endémico. 

El pasado 29 de noviembre de 2019, 700 agentes de los Mossos d'Esquadra ocuparon el barrio. La operación se saldó con 28 detenciones y desmanteló una organización de narcotraficantes que vendió cocaína y marihuana durante 40 años. El golpe policial descabezó un foco importante de venda de droga, pero la mercancía sigue fluyendo en otros puntos. 

"Mientras haya adicciones, dinero y negocio, el tráfico seguirá existiendo", resume Enrique Lara, vicepresidente de la Asociación de Vecinos de Sant Roc. Para Lara, en el barrio con más paro de Badalona, el trapicheo guarda una estrecha relación con el nivel de pobreza del barrio. "Mucha gente colabora un poco porque es su sustento. Saben que con cuatro plantas pueden sacar 450 euros", explica. 

CIERRE DEL MÓDULO DE LA URBANA

El exalcalde de Badalona Xavier García Albiol (2011-2015) reprocha a los últimos gobiernos municipales que los delitos en Sant Roc se hayan "multiplicado" en los últimos cinco años, señalando la quema de contenedores, vehículos, los hurtos, atracos y el "olvido" en relación a la limpieza. Albiol recuerda la puesta en marcha de una unidad de agentes antidisturbios de la Guardia Urbana, "con mucha aceptación entre los vecinos", y un módulo prefabricado con la presencia de agentes que recibían denuncias y que, en el futuro, debía dejar paso a la construcción de una comisaría en el barrio. 

Estación del tranvía, en la avenida Maresme / G.A



"Era un punto de contacto con los vecinos que acudían cuando tenían una urgencia. Recuerdo perfectamente que acudieron víctimas de violencia de género tras ser agredidas", explica el presidente del PP en la ciudad. Albiol critica que el módulo esté actualmente cerrado y relaciona este hecho, junto a una "disminución" de agentes en la ciudad, como las causas principales de un "aumento generalizado" de delincuencia en Badalona. El Ayuntamiento no ha querido responder a las preguntas de Metrópoli Abierta.

LAS OKUPACIONES

Sant Roc es un barrio bien comunicado. El autobús, el metro y el tranvía conecta la tercera ciudad de Cataluña con Barcelona. Desde la avenida Maresme, a los pies de los raíles por donde discurre el moderno TRAM, se aprecia a lo lejos la Torre Agbar, símbolo del motor tecnológico de la capital catalana.

Avenida del Maresme, debajo de la Meridiana, refugio de los drogadictos de Sant Roc / G.A





 

Los precarios e imponentes bloques del barraquismo vertical del franquismo están a años luz del entorno del hub barcelonés. El incendio del 5 de enero de 2019 que mató a tres personas en el número 248 de la avenida del Marqués de Mont-Roig volvió a demostrarlo. La causa del fuego fue una sobrecarga eléctrica causada por los recurrentes pinchazos a la red de luz por algunas familias que viven de okupas. La tragedia volvió a poner sobre la mesa la realidad tozuda de un barrio deprimido y con un profundo problema con la vivienda. 

PLANTACIONES DE MARIHUANA

Muchos bloques del barrio acogen plantaciones de marihuana. Para alimentarlas, los vecinos pinchan la luz, lo que genera un gran riesgo para la comunidad. En la calle Alfons XII, los pinchazos llegan al 40% de la zona, según la asociación de vecinos. Albiol asegura que este es un fenómeno que se ha intensificado en los últimos años. "El problema de la droga siempre ha existida, pero no en las cantidades de estos momentos", sostiene.

El exalcalde pone en valor su legado y su "lucha feroz" contra las okupaciones. "Cuando detectábamos un piso conflictivo se actuaba con presión policial. Pusimos más de 500 planchas de acero en los pisos que se desalojaban. Ahora, como no hay reacción por parte de la administración, los niveles de sofisticación de las okupaciones son más altos", describe el regidor popular.

DESAHUCIOS, UN PROBLEMA CRÓNICO

Badalona es una de las ciudades españolas con más desahucios y Sant Roc supone el epicentro negro de este fenómeno. Carles Sagués y Enric Marín lo conocen bien. Desde la plataforma Sant Roc - Som Badalona, evitaron unos 200 desahucios en 2019. Aseguran que el perfil mayoritario de casos que atienden son familias que han okupado una vivienda tras ser desahuciadas por no poder hacer frente a la hipoteca.

Piso desajolado donde este jueves se instaló Lucía / G.A



Una montaña de mochilas, maletas, bolsas y ropa se acumula en la puerta de un bloque cercano a la plaza Roja. Son las pertenencias de seis hombres de origen pakistaní que acaban de ser desahuciados. La deuda del propietario de la vivienda con la inmobiliaria provoca finalmente la orden judicial que se ejecuta con la presencia de agentes de los Mossos d'Esquadra. Pero en Sant Roc, un desalojo puede ser la llave de la solución para una familia vulnerable. 

UNA NUEVA OPORTUNIDAD

Este jueves Lucía (nombre ficticio), madre de cuatro hijos, está de enhorabuena. Dos horas después del desalojo, entra a vivir en el mismo piso donde hasta la noche anterior dormían, al menos, seis personas. Sagués y Marín llegan al lugar y saludan a tres trabajadores de una empresa inmobiliaria, con quien mantienen una estrecha relación. Gracias a la plataforma, Lucía llega a un acuerdo con la inmobiliaria. Abandona voluntariamente el piso donde vivía, y en el que tenía una orden desahucio, a cambio de este piso. 

Maletas y ropa de un grupo de pakistanís desalojados / GA



Desde la plataforma avisan que hacen un trabajo que no les toca y acusan al Ayuntamiento de inmovilismo. "Nos deja descolocados pensar que conseguimos cosas sin ser nadie y que la administración no lo pueda hacer", reflexiona Sagués. La solución, dice, pasa por ceder las viviendas de los bancos para alquiler social, incluidos los okupados con familias vulnerables para regularizar su situación.

PISOS PATADA

El discurso de la Asociación de Vecinos choca frontalmente con el trabajo de entidades como Sant Roc - Som Badalona por entender que legitiman la okupación, los pisos patada, como se dice en el barrio. "Se han cargado el sistema de adjudicación de alquiler social. Hay famílias que sí cumplen la normativa", asegura Diego Justicia, presidente de la entidad vecinal. "Si el acceso a la vivienda es por la okupación que lo digan", sigue Lara, que reprocha la gestión en materia de vivienda y de okupación del antiguo gobierno de Guanyem Badalona en Comú (2015-2019).

Dos meses después del gran operativo policial, el barrio no ha notado gran cambio. "Desmantelaron un punto de venda donde todo el mundo sabía que se vendía droga, en una ventana, pero aquñi vives sin enterarte de que se trafica. No se vive un conflicto diario", explica Sagués. La mayoría de la gente, sigue, ni trafica ni consume. "Solo intentan vivir con muchas dificultades", resume.

Noticias relacionadas