Pilar Díaz (Esplugues, 1967) es pura adrenalina. Alcaldesa de Esplugues desde 2006, asume que está preocupada por los precios de la vivienda en esta población del Baix Llobregat. También reivindica que la línea 3 del metro tenga una estación en Sant Joan de Déu y espera terminar el Auditorio, una obra estratégica que comenzó en 2008 y que todavía no tiene resuelta la financiación. Feminista convencida, aplaude que importantes ciudades del Área Metropolitana de Barcelona estén lideradas por mujeres como Núria Marín (L'Hospitalet), Núria Parlón (Santa Coloma de Gramenet), Raquel Sánchez (Gavà) y Ada Colau (Barcelona), entre otras, pero considera que la actual cuota del 20% en Cataluña es muy baja. De Barcelona, mientras, espera que tenga una mirada más metropolitana y solidaria.
¿Qué radiografía hace de la Esplugues de 2020?
Esplugues tiene una ubicación privilegiada: a tocar de la gran capital, a 15 minutos del aeropuerto y a poco más del puerto y de la estación de Sants. Como ciudad hemos ganado muchísimo en los 40 años de ayuntamientos democráticos.Tenemos un índice de seguridad que siempre está por debajo de la media de nuestra región policial, una tasa de paro inferior al de las poblaciones de nuestro entorno, somos una ciudad cuidada, tranquila, gozamos de todo lo bueno de las grandes poblaciones que tenemos alrededor y no sufrimos tanto los inconvenientes de una gran urbe. El sentimiento de pertenencia que tiene la ciudadanía de Esplugues es muy fuerte. La gente de fuera piensa que es una ciudad dormitorio y nada más lejos de la realidad. Aquí la gente siente con mucho orgullo ser de Esplugues.
¿Cuáles son los cambios que ha vivido Esplugues desde los años 70?
Muchos cambios no son locales, sino compartidos con otros municipios de la comarca. Hace pocos años pudimos asistir a una exposición que preparó la asociación de vecinos del barrio del Centro, donde teníamos fotos de hace medio siglo. Nunca lo hubiéramos dicho, pero el verde ahora es muchísimo más potente que hace 40 o 50 años, y la ciudadanía está más cohesionada. Somos una población con solo 4,6 kilómetros cuadrados, 47.000 habitantes, y trinchados por la B-23, la Ronda de Dalt, la N-340, C-245... Hemos ganado espacio cívico para la gente que vive en los barrios.
¿Cuáles son los objetivos prioritarios de este mandato?
Queremos una Esplugues inclusiva, sostenible e inteligente. Queremos aprovechar las tecnologías para que la ciudad avance, sea más eficiente, y desde el Ayuntamiento esperamos ofrecer más y mejores servicios. También vamos a potenciar los equipamientos, el deporte, la cultura, la educación, la dependencia y el feminismo. Y no queremos que nadie se quede atrás.
El Auditorio se inició en 2008 y se paró en 2010 por la crisis. ¿Este será el mandato de su inauguración?
Es nuestro gran objetivo. Empezamos dos obras muy necesarias en 2008 como eran el polideportivo de Les Moreres y el Auditorio. Con la crisis caen en picado las inversiones y los equipamientos. Teníamos que parar una de las dos obras o metíamos Esplugues y su Ayuntamiento en una situación muy difícil. Optamos por un equipamiento que iba a estar abierto prácticamente las 24 horas al día, y siete días a la semana. Ahora hay dos pabellones y un gimnasio ocupado por jóvenes, niños y niñas, sudando la camiseta desde las 16:00 horas hasta las 00.00 horas. Creo que la decisión fue acertada y repetiríamos. Pero el Auditorio es muy necesario y estamos hablando de un equipamiento cultural que tiene vocación comarcal. Los precios no pueden ser los mismos de 2008, pero tampoco podemos acceder a pretensiones que estaban fuera de lugar. Tenemos un tercio hecho y buscamos una fórmula imaginativa, una posible colaboración público-privada para resolver la financiación.
El Pla Caufec ha sido uno de los grandes retos que ha tenido como alcaldesa. En este plan se enmarcaba el centro comercial Finestrelles. ¿El equipamiento prioritario era un centro comercial?
Cuando entro como alcaldesa no tengo margen de maniobra, porque la Generalitat había concedido la licencia comercial en 2004. A nosotros nos aporta un boom de actividad económica que pensamos que nos favorece porque ha creado ocupación en un momento muy difícil. La crítica de que perjudica al comercio local es muy fácil. Hace 10 o 15 años podía ser, pero ahora mismo tienen más competencia con las ventas online que con los centros comerciales. Los ciudadanos de Esplugues tienen determinados hábitos. Hay gente que va a comprar siempre al comercio local, gente que no va nunca, otra que va en función de lo que quiere comprar. Me encantaría hacer una reflexión serena y rigurosa sobre el comercio, pero no me sumo a la crítica destructiva. Creo que finalmente ha sido positivo.
¿Cree que las oficinas y pisos proyectados a los pies de Collserola también han sido positivos?
Creo que el proyecto Porta BCN es interesante para la ciudad. Se ha explicado por parte de algunos de manera muy tergiversada. Existen unos privados que tienen allí unos terrenos y que tienen unos derechos de construcción. Los que dicen que hay cemento hasta Collserola tienen propiedades en Finestrelles nord que llegan más arriba y están construyendo, me preocupa poco. El proyecto nos dota de aspectos positivos, una parte importante del pastel es para la ciudad. Se puede opinar, a nosotros siempre que nos han pedido un espacio para ir a criticar el Pla Caufec lo hemos cedido, no hay problema. Considero que este plan no ha sido tan polémico porque siempre hemos sido muy claros sobre que nos parecía un buen proyecto para la ciudad. Nosotros hemos tenido el apoyo de la ciudadanía cada cuatro años para tirarlo adelante, eso es la democracia, que no se puede utilizar solo cuando interesa. Puede no gustar. No pasa nada, hay que aceptar lo que decida la mayoría.
Precisamente algunas personas que han tergiversado el Pla Caufec han protagonizado otros actos que han llegado hasta las pintadas amenazantes. ¿Han sido muy permisivos con este colectivo?
Bueno, eso ya entra dentro de las valoraciones. Estoy completamente de acuerdo, han pisado alguna línea roja. Cuando hemos sido capaces de documentar quién ha hecho esas pintadas, les hemos denunciado. Pero si te pintan por la noche y no lo pillas, difícilmente lo podrás hacer, aunque tengas constancia porque las pintadas casi llevan nombre y apellidos. Son cosas que se hacen desde el anonimato. Creo que ha habido mucho incivismo y muy poca calidad democrática. Son los mismos que pararon la inauguración del tranvía en el año 2004, y tan mal no nos ha ido. Nos podemos equivocar, como todo en la vida, pero el tranvía es de lo mejor que nos ha pasado últimamente y yo estoy convencida de que el Plan Porta BCN será positivo: creación de riqueza, puestos de trabajo, ganar zonas verdes... Teníamos una zona con unas líneas eléctricas de alta tensión y pensamos que hemos ordenado de una manera adecuada, incorporando nuevos terrenos a Collserola. Han pasado cosas que no deberían haber ocurrido. En 2009 nos pararon un pleno de manera muy violenta, con agentes de policía lesionados... Todo esto hay que explicarlo.
"Los que dicen que hay cemento hasta Collserola tienen propiedades en Finestrelles nord que llegan más arriba y están construyendo, me preocupa poco"
¿En Esplugues falta vivienda social?
El precio de la vivienda en Esplugues está por las nubes. Esplugues tiene 4,6 kilometros cuadrados y una sexta parte está en Collserola. No hay margen. En Sant Just, por ejemplo, viven 18.000 habitantes y tienen el doble de territorio. La competencia no es local. La media de los pisos de alquiler está por encima de los 1.000 euros mensuales y necesitamos políticas más activas. Al lado del centro comercial tenemos un proyecto muy avanzado con 132 viviendas. También tenemos margen en Can Clota, pero el gran salto son las 1.000 viviendas de protección social, con el 70% en régimen de alquiler a precio asequible, en el área Montesa. En estos momentos tenemos 64 viviendas que funcionan. Se sortearon en 2008 y han jugado su papel.
¿La línea 3 del metro llegará algún día a Esplugues?
Eso espero, que llegue y pueda verlo. La buena noticia es que la Generalitat está haciendo el proyecto ejecutivo. Cuando me incorporé como alcaldesa, en el Ayuntamiento se hacían diferentes estudios y ahora estamos en una fase más avanzada. En 2010 se adjudicó por parte del Govern, pero el proyecto quedó suspendido y se ha reactivado hace poco. Tenemos el compromiso de que la línea 3 empezará con dos paradas en Esplugues. Es imprescindible la estación de Sant Joan de Déu, un hospital de tercer nivel, referencia en el Área Metropolitana, en Cataluña, en España y en parte de Europa. Allí se está construyendo el primer Pediatric Cancer Center de toda Europa.
"Creo que ha habido mucho incivismo y poca calidad democrática"
¿Los problemas de seguridad que padece Barcelona son extrapolables a Esplugues?
No, y lo dicen los datos. Cada seis meses celebramos un consejo de seguridad con los ciudadanos y las entidades de Esplugues, y los datos indican que estamos 10 o 15 puntos por debajo del índice de criminalidad de la Regió Policial Metropolitana Sud. Nos preocupa mucho la prevención. Desde 2006, cuando se instalaron los Mossos, los robos han ido a la baja excepto en los últimos meses de 2019. El motivo es que se han disparado los robos en el centro comercial, que es otra realidad, otra ciudad. No tenemos delitos graves pero se producen diariamente hurtos. Eso es lo que hace que este último año esa tipología haya aumentado. En cambio, los robos a domicilio han bajado.
L'Hospitalet y Badalona, según sus alcaldes, se han beneficiado de la moratoria hotelera de Colau. ¿Qué proyecto tiene para dinamizar económicamente Esplugues?
Nosotros somos pequeños. Esplugues cumple un papel de ciudad de negocios. El índice de ocupación de nuestras plazas hoteleras ronda entre el 90% y el 100%. El nuestro es un turista de congresos, de negocios, que viene a visitar una empresa o una feria. En el pasado mandato trabajamos en el proyecto marca ciudad para atraer la actividad económica. Tenemos tres polígonos industriales y buscamos soluciones a los retos del futuro, pensando en la industria 4.0. Las empresas no buscan grandes naves en Esplugues. Buscan otras cosas, como Nestlé, que tiene su sede en España en nuestra población y que, por primera vez, trajo la división tecnológica de Suiza a Esplugues, hace dos años. Con el Ayuntamiento de L'Hospitalet tenemos buena sintonía y abordamos la posibilidad de crear un mini clúster de biomedicina. Con el respaldo del Área Metropolitana de Barcelona queremos convertirnos en un hub del sur de Europa.
¿Qué papel debe jugar Esplugues en el Área Metropolitana de Barcelona?
El AMB ofrece grandes oportunidades. Esplugues no compite con Viladecans, Badalona y L'Hospitalet. Ni ellos con nosotros. Competimos con otras áreas metropolitanas, con otros territorios de Europa. Las alianzas nos hacen fuertes. En España hay una red de impulso formada por 72 ciudades reconocidas por su nivel de innovación. Esta red reconoce una ciudad andaluza y cinco del Baix Llobregat.
¿Cree que Barcelona tiene una mentalidad metropolitana?
Debería tenerla. Todo es mejorable en la vida. La marca es Barcelona. El Hospital Sant Joan de Déu está en Esplugues, pero es Sant Joan de Déu Barcelona. Es una marca metropolitana muy potente. Nosotros sabemos que sin Barcelona no estaríamos donde estamos, pero tampoco Barcelona sin el resto de poblaciones. Imagino que debe ser complicado gestionar la seguridad y la cohesión ciudadana por su gran tamaño. Pero Barcelona también tiene más capacidad, más presupuesto y más equipo. Es imprescindible que Barcelona entienda esto. Creo que lo entiende parcialmente.
"En España hay una red de impulso que reconoce una ciudad andaluza y cinco del Baix Llobregat"
¿Qué relación tiene con Colau?
Normal. Es una alcaldesa vecina. Con algunos alcaldes hace muchos años que nos conocemos.
Núria Marín, Núria Parlón, Raquel Sánchez... En las poblaciones del área metropolitana, la mujer tiene mucha presencia en el PSC, un partido que se declara formalmente feminista.
Debería formar parte de la normalidad, pero estamos muy lejos. En los últimos 40 años hemos avanzado, pero muy poco. Me parece poco que el 20% de los alcaldes de Catalunya sean mujeres, cifra que hemos superado en 2019. En las grandes concentraciones parece que nos hemos igualado, pero la presencia de mujeres es muy inferior en los pequeños municipios. En el PSC nos definimos como un partido feminista, pero internamente queda camino por recorrer. Creo que no hemos llegado a la cima que queríamos. Hemos avanzado, pero no estamos donde queremos.
El PSC se declara abolicionista y rechaza la prostitución y los comunes se definen como regulacionistas. ¿Ellos son más progresistas que ustedes?
No. No son más progresistas que el PSC. Tienen sus matices. Coincidimos programáticamente en muchas cosas. En otras no. Me parece estupendo que una ministra de Podemos se declare abolicionista porque no podemos regular la prostitución. Me preocupan las personas vulnerables, la trata, la explotación, la patada a los derechos humanos. Cuando escuchas sus testimonios, se nos rompe el corazón. Somos abolicionistas convencidas porque queremos liquidar todas las actuaciones contrarias a los derechos humanos.
¿Qué esperan de la Diputación de Barcelona?
Esperamos mucho. Desde fuera es una sorpresa que gobernemos con JxCAT, pero no tanto desde dentro. La Diputación son 51 diputados y diputadas provinciales que representan los 311 municipios de Barcelona y conseguimos la aprobar los presupuestos sin votos en contra. Incluso en los peores momentos de la crisis, la institución ha manejado un presupuesto que no es pequeño y ayuda mucho. En la Diputación tenemos que solucionar los problemas de los ayuntamientos, gobierne el PSC, ERC, JxCAT u otros partidos. Algunos son municipios muy pequeños. Un tercio está por debajo de los 1.000 habitantes y estos municipios dependen mucho de las aportaciones de la Diputación.