Sant Boi de Llobregat afronta con optimismo la recuperación socioeconómica del municipio tras la pandemia de la Covid-19. Así lo ha expresado la alcaldesa socialista, Lluïsa Monet, durante el acto de presentación del “Reactivem Sant Boi”, una estrategia de ciudad que quiere recobrar el “latido vital” del municipio. Y, también, servir de modelo para otras localidades de dimensiones similares.

“No es una campaña, no es un plan de choque, es un modelo de acción para la recuperación de la ciudad con una vertiente económica y social íntimamente vinculadas”, ha explicado la alcaldesa. Así, los actores fundamentales del “Reactivem” serán las familias, el comercio de proximidad, los pequeños empresarios y los autónomos; unos protagonistas que el Ayuntamiento busca reactivar y potenciar.

HECHO A MEDIDA

La principal peculiaridad de la nueva estrategia de Sant Boi es que se ha hecho “a medida” de las necesidades de los actores socioeconómicos de la ciudad. “¿Cómo ha sido posible? Gracias a la digitalización”, aclara la regidora de Desarrollo Económico, Elisabet Latorre.

Y es que la clave del “Reactivem”, según el consistorio, ha sido “escuchar a todos e ir a una”. Esto ha sido posible gracias a la multitud de encuentros virtuales que se han celebrado con los actores implicados y el Ayuntamiento durante el confinamiento. “Las bases de la nueva estrategia socioeconómica han salido directamente de estas reuniones y se han hecho a medida de las necesidades detectadas en todos los sectores de la ciudad”, comenta Latorre.

PAQUETE DE MEDIDAS

Con el “Reactivem”, Sant Boi se dispone a desplegar un conjunto de actuaciones para recuperar el tejido social y económico. Sin embargo, no se puede olvidar el trabajo previo. “Durante el confinamiento creamos un fondo de contingencia de un millón de euros. Pero el cómputo global asciende a cuatro millones, que es lo que hemos dejado de ingresar debido a la eliminación de tasas y precios públicos, y al aplazamiento del IBI y el impuesto de circulación, entre otros”, explica la alcaldesa socialista.

Ahora, el nuevo modelo de reactivación se basa en distintas iniciativas y proyectos, no paliativos, sino estratégicos. Se trata del “Projecte Futur”, las tarjetas monedero, las ayudas para conseguir liquidez inmediata con 450 euros, la nueva oficina de “Reactivem” o el Hub Móvil, entre otros.

LAS AYUDAS PRINCIPALES

 El “Projecte Furtur” es una de las vertientes estrella del “Reactivem”. Se trata de una iniciativa para todos aquellos negocios, empresas y comercios de Sant Boi que quieran entrar en el mundo de la digitalización (creación de webs, redes sociales, etc). El Ayuntamiento les subvenciona el 75% del coste que les suponga reconvertirse a la era digital, con ayudas que abarcan desde los 500 hasta los 5.000 euros. Hasta 73 firmas ya han solicitado esta ayuda.

Para apoyar a las familias y al comercio local, también se han creado las tarjetas monedero, con un presupuesto de 300.000 euros en total, para gastar en los negocios de proximidad. De momento, ya se han recibido 300 solicitudes de ciudadanos, que se tramitarán las próximas semanas.

SERVICIO A DOMICILIO

Otra de las novedades que ha presentado con orgullo el gobierno local es la creación de un Hub Móvil; es decir, un sistema de logística que conecta el comercio de proximidad con los clientes de Sant Boi. “Se trata de un espacio, presente en todos los barrios, de donde salen los riders que realizan el reparto a domicilio en bicicleta”, explica la regidora de Desarrollo Económico. “También se puede ir allí a recoger la comanda”, agrega.

“La tienda llama al Hub Móvil, que envía sus riders a recoger el paquete; lo lleva al centro logístico y de allí a la casa del cliente. Si no encuentra a la persona, se devuelve al Hub y, al cabo de un tiempo, lo vuelve a intentar”, describe Joan Ros, presidente de Sant Boi Comerç.

LA SITUACIÓN DEL COMERCIO EN SANT BOI

Sant Boi tiene cerca de 2.000 negocios con una idiosincrasia diferenciada. “Las consecuencias de la crisis han sido distintas para todos, pero pudimos hallar tres tipos de situaciones básicas: los comercios esenciales, los que estuvieron totalmente cerrados, y los que podían abrir bajo unas circunstancias determinadas”, relata Ros.

Desde Sant Boi Comerç explican que enseguida se pusieron manos a la obra, facilitaron EPIS a las empresas que lo necesitaron; buscaron todo tipo de ayudas y subvenciones para los negocios que no podían generar actividad; ayudaron a establecer las medidas de seguridad para la reapertura; e implementaron cursos de formación para que los comercios se preparasen para la venta online y el servicio a domicilio.

“Por todo ello nos hemos convertido en un modelo para otras ciudades que ahora nos piden información, pero ha sido muy importante el esfuerzo de la administración, porque nos jugamos el futuro”, concluye Ros.

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