Hallado un nuevo cadáver en la nave incendiada la pasada semana en Badalona. De esta forma ya son cuatro las personas fallecidas en el fuego de una vieja fábrica de la ciudad metropolitana ocupada por más de 100 personas, muchas de ellas inmigrantes en situación irregular

Los servicios de emergencia que trabajan en la retirada escombros del edificio siniestrado, que tendrá un coste de 119.000 euros derribarlo, no descartan encontrar otros muertos: el recuento no se podrá cerrar hasta que se haya retirado la última piedra. La noticia de que ha aparecido un nuevo cuerpo la ha dado el conseller de Interior Miquel Sàmper en rueda de prensa. 

UNA EMPRESA PRIVADA EJECUTA EL DERRIBO

El derribo del inmueble calcinado empezó el pasado sábado. Lo ejecuta una empresa privada con la supervisión de los Bombers de la Generalitat y los Mossos d'Esquadra, que todavía investigan las causas de la tragedia. Tras el hallazgo de este nuevo cuerpo, los bomberos han enviado cuatro dotaciones hasta el lugar del siniestro.

El incendio se declaró el pasado miércoles sobre las 21.00 horas en una nave ocupada ilegalmente en el barrio del Gorg. Con esta cuarta víctima mortal, el siniestro iguala otro que hubo en Barcelona en 2012. Entonces, tres hombres y una mujer de origen rumano murieron en el incendio de una barraca.

NUEVE INGRESADOS

Junto a las cuatro personas fallecidas, otros nueve residentes de la nave permanecían ingresados en distintos centros hospitalarios el pasado viernes, según el último balance facilitado por el Sistema de Emergències Mèdiques (SEM). Tres se encuentran graves o muy graves y seis menos graves.

Actualmente, en Barcelona hay unas 400 ciudadanos viviendo en unos 70 asentamientos chabolistas. Del total, 49 personas malviven en 10 naves ocupadas. A diferencia de Badalona, en la capital catalana, los campamentos de estos sintecho son cada vez más pequeños.

300 INMIGRANTES EN UNA NAVE EN BARCELONA

En julio de 2013 se desalojó por orden judicial uno de los asentamientos más grandes de Barcelona. Fue en la calle de Puigcerdà, con más de 300 inmigrantes que vivían en una nave abandonada.

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