El sonido de las máquinas de coser se oye desde la calle. Solo hay que afinar un poco el oído para percibir el trabajo incesante que tiene lugar en el interior. Varias plantas bajas de la calle Mas Marí de Santa Coloma de Gramenet, en el barrio de Fondo, acogen talleres de confección de ropa ilegales. Así lo denuncian varios vecinos de la calle a Metrópoli Abierta. El pasado 4 de abril, una chica saltaba de una ventana a cinco metros de altura al vacío huyendo de una gran bola de fuego. El incendio se originó en uno de estos supuestos negocios ilegales.
Este jueves, el olor a humo seguía impregnando el piso siniestrado. Restos de tela chamuscada siguen en el alféizar de la ventana. Las paredes negras y destrozadas revelan los estragos que causó el fuego en una habitación que estaba "llena de ropa", según informaron fuentes de los Bomberos de la Generalitat a esta redacción.
CHICA HERIDA
Un vecino de la zona relata lo sucedido cuando a las 10.14 horas las ventanas del edificio escupían una lengua de fuego. Un grupo de residentes intentó auxiliar a la chica que se asomaba al vacío, lista para saltar. En el momento justo, sin embargo, el fuerte humo y el calor del incendio, nublaron la vista a los vecinos, que no pudieron evitar el golpe de la víctima contra el suelo.
Dos hombres delante de la vivienda que el pasado fin de semana sufrió un incendio / METRÓPOLI ABIERTA
La chica, de 19 años, se recupera de las heridas en la pierna y en la espalda. Lo explica una mujer de origen chino con un precario castellano que conversa desde la puerta con dos hombres, también chinos, que apenas hablan la lengua de Cervantes. Desde la calle y a pesar de la débil luz que ilumina la vivienda, se aprecian varias máquinas de coser. "¿A qué se dedican aquí dentro. Hacen algún trabajo?". "No, solo vivir aquí, solo vivir", responde la mujer.
EL "CHINATOWN"
Dos vecinos, que prefieren mantenerse en el anonimato, describen el continuo trajín de coches entrando y sacando telas en varias casitas bajas de la calle. Son, al menos, cuatro pisos en los que se escucha el zumbido de las máquinas de coser. Un solar cercano a la calle de Mas Marí, ahora vacío, albergó durante mucho tiempo un taller ilegal en el que trabajaban y vivían varias personas.
En la calle de Mas Marí, una vieja heladería que aun conserva su letrero, esconde otro taller ilegal. La actividad de estos centros se ha hecho más evidente en los últimos meses. El Ayuntmiento de Santa Coloma asegura que la policía local e inspección de trabajo realizan inspecciones en estos locales.
Los talleres ilegales no son una novedad en Fondo, un barrio donde conviven decenas de nacionalidades. Aquí viven 3.141 vecinos de origen chino, el 41% de los inmigrantes del barrio, y que definen una zona que en su día llegó a apodarse como el Chinatown de Barcelona. La población de origen extranjero en total es del 26,2%. En julio, la Unidad de Soporte e Intervención Rápida (USIR) de la Policía Local de Santa Coloma desmanteló uno de estas pequeñas factorías irregulares.
INSPECCIONES
En ocasiones, Hacienda inspecciona estos talleres para comprobar que el local y sus trabajadores estén dados de alta en la Seguridad Social. Es lo que ocurrió en la operación del pasado verano, en el que se incumplía la legislación laboral. El taller, que confeccionaba batas, estaba situado en un local y no tenía licencia para ejercer dicha actividad. Tampoco cumplía con la normativa que autoriza la fabricación de material sanitario. La policía encontró 3.000 batas, precintó el taller y denunció al responsable.