Filo Cañete (Barcelona, 1970) tomó posesión como alcaldesa de Sant Adrià del Besòs el pasado 9 de abril, en sustitución de Joan Callau. Militante del PSC desde 2007, priorizará el ambicioso proyecto de transformación de las Tres Chimeneas, la lucha contra el incivismo y, sobre todo, la dignificación de la Mina, el barrio maldito de esta población limítrofe con Barcelona. Cañete, en la misma línea que su antecesor, pide más compromiso a Ada Colau, alcaldesa de Barcelona y presidenta del Área Metropolitana de Barcelona, y a la Generalitat para resolver un problema enquistado desde que la capital expulsó y trasladó sus miserias a Sant Adrià.
¿Alcaldesa por accidente o ya intuía a medio mandato que podría relevar a Joan Callau?
En el PSC intentamos hacer los cambios de la manera más tranquila posible, con toda normalidad, cuando un alcalde o alcaldesa piensa en retirarse de la primera trinchera para que su sustituto pueda consolidarse. Mucha gente ya intuía el cambio y lo he vivido con mucho respeto. Nunca tuve la aspiración de ser alcaldesa, pero se me hizo una propuesta y me la pensé porque no era fácil. Llevaba 14 años como regidora y tenía un amplio conocimiento de toda la ciudad. Sant Adrià no es un municipio fácil de gestionar y era un paso importante. Puse muchas cosas en la balanza y lo que más pesó fue la propuesta que me hicieron y, sobre todo, evitar un vacío en la ciudad.
¿Qué legado deja Joan Callau?
No hemos de hablar únicamente del legado que deja Joan Callau, sino de la herencia de todos los alcaldes socialistas. En las últimas décadas se ha producido una gran transformación en Sant Adrià que comenzó con la recuperación del río, de la playa y del espacio público. En el caso de Callau destacaría su gestión en los años más duros de la época democrática. Él ha sabido preservar la transformación, el gran cambio, cuando teníamos una crisis mundial profunda desde 2008 y teníamos que pensar en las personas que peor lo estaban pasando. Destacaría su impulso, convicción y compromiso por los ejes transversales más importantes: educación y promoción económica con especial focalización en el ámbito social y de la ocupación.
Usted es nombrada alcaldesa de Sant Adrià cuando la crisis sanitaria remite.
La segunda crisis (la del coronavirus), a diferencia de la de 2008, comenzó como una crisis sanitaria que tuvo una derivada muy clara en el ámbito social y de la ocupación. Queremos recuperar la ilusión, el entusiasmo, la vida activa de la ciudadanía y preservar toda la actividad económica, teniendo en cuenta todas las derivadas del ámbito sanitario. Hay una buena coordinación. También priorizamos la educación porque queremos que la infancia y la juventud tengan recursos y autonomía para el desarrollo personal. Debemos buscar los recursos necesarios en otras administraciones.
¿Hasta qué punto el futuro de Sant Adrià depende de la transformación de las Tres Chimeneas?
Es fundamental para la reactivación económica, la capacitación y la formación. Es el único espacio que queda por desarrollar en el frente marítimo y en el Barcelonès Nord hemos hecho un frente común que ha tenido una gran repercusión mediática. Somos ciudades con barrios de vulnerabilidad que pueden arrastrar a estos municipios y a todo el área metropolitana. Es una gran oportunidad de reactivación económica y de capacitación para colectivos que necesitan una formación específica. A las personas hemos de proporcionarles recursos, hemos de darles la caña, no el pescado, para que sepan pescar por sí mismas. La autonomía, que pasa por tener un trabajo digno, y el desarrollo personal son importantísimos.
¿Detecta receptividad por parte de la Generalitat?
En principio, sí. Cuando el ex alcalde Callau presentó el proyecto de Màrius Roviralta se pensó en el desarrollo de sectores emergentes, relacionados con la energía, la digitalización y el medio ambiente. En el Barcelonès Nord tenemos tres campus universitarios que también deben repercutir en la actividad económica. Las Tres Chimeneas son un icono que no podemos perder y que, con algunos inconvenientes, potenciarán la actividad económica de toda la comarca.
¿Qué inversiones económicas prioriza ahora Sant Adrià?
En los últimos años, Sant Adrià había focalizado su inversión en urbanización y mejora del espacio público. Con la crisis del coronavirus, como en toda el área metropolitana, se han priorizado las necesidades sociales y ahora queremos revertir esta línea para acelerar las inversiones. Necesitamos una mejora y dignificación del espacio.
¿La Mina continúa siendo la eterna asignatura pendiente de Sant Adrià?
Yo creo que no es una asignatura pendiente de Sant Adrià. Lo es de Cataluña, del área metropolitana y, especialmente, de Barcelona. En la Mina vive una tercera parte de nuestra ciudad y asumimos que es un barrio de Sant Adrià. Siempre hemos sido responsables, siempre hemos dado la cara y siempre nos hemos preocupado por los vecinos de la Mina. Por eso, Callau puso todo el empeño en el Consorci de la Mina. Tenemos un acuerdo para el derribo del edificio Venus, pero necesitamos un frente común de todas las administraciones para revertir la situación actual del barrio.
Callau pedía más compromiso a Colau y a Barcelona para resolver los problemas de la Mina.
Y yo sigo con la misma reivindicación. No ha habido un cambio de postura. Hemos de hacer una profunda reflexión sobre la Mina. No podemos hacer las mismas cosas que ya sabemos que no funcionan ni dan resultados. Ni basarnos en programas que duran seis, siete u ocho meses. Necesitamos una acción continuada. En el origen de la Mina, cuando el objetivo era crear un nuevo barrio para erradicar el chabolismo de Barcelona, pedimos un compromiso para resolver el problema de la vivienda. Por eso hablamos ahora de un compromiso moral de Barcelona hacia Sant Adrià. Tenemos la percepción de que a mucha gente le va bien que la Mina siga como está, pero en Sant Adrià no estamos de acuerdo. Es un grave error para la comarca, el área metropolitana y Cataluña.
¿Cuándo empezará el derribo del edificio Venus?
El derribo, en sí mismo, comenzará en dos o tres años. Pero no hemos de pensar solo en el derribo del edificio. Eso es lo más fácil. Antes se necesita un trabajo previo que la Generalitat interiorizó y entendió bien que se debía trabajar caso a caso, familia por familia. Se trata de un trabajo individualizado, de un paquete muy complejo, que requiere mucho tiempo, con casos de vulnerabilidad.
¿El derribo de Venus marcará el punto de inflexión para la regeneración de la Mina?
Exacto. Hay que ir a verlo y estar dentro, ver lo que significa vivir en un edificio que está totalmente deteriorado. Es normal y comprensible que tengamos un sentimiento de empatía con los vecinos del edificio Venus cuando reivindican una vida digna. Se trata, sencillamente, de poder vivir. Cuando estás dentro y ves la realidad de ese edificio….
Recientemente trascendió que había una plaga de ratas gigantes en todo el edificio.
El tema de las ratas es un añadido. Es todo el conjunto. La situación está tan deteriorada que parece que ya no tenga relevancia, pero la tiene. Cuando paseas por un espacio limpio, y eso debería suceder en cualquier sitio, da reparo tirar un papel al suelo. En el edificio Venus da la sensación de que nunca pasa nada. Tienes la sensación de que allí vale todo.
¿Cómo penaliza a Sant Adrià la eterna identificación de la Mina con el consumo y tráfico de drogas?
Aquí tienen mucho que ver los medios de comunicación. En todas las entrevistas que he dado, pido otra mirada. En la Mina se hacen cosas muy importantes por parte de las entidades y los vecinos. Debemos positivizar, no negativizar. Los propios vecinos están hartos y no hablo solo de los ciudadanos del barrio, sino de Sant Adrià.
Algunas entidades vecinales destacaban el importante descenso del absentismo escolar antes del coronavirus. ¿La pandemia ha tenido un efecto devastador en la Mina?
El coronavirus ha trastocado muchos planes y la educación es vital para mejorar las condiciones de vida de la Mina y para poder actuar. Y cuando hablo de educación me refiero a las escuelas y al ámbito familiar. Las nuevas generaciones han de subir con otra mirada, con otra visión. En la Mina hay buenos referentes.
¿Ha pedido ya una entrevista con la alcaldesa de Barcelona para abordar la problemática de la Mina?
No. Una de las primeras cosas que hice fue dirigirme a Colau y ponerme a su disposición, pero todavía no tenemos una agenda marcada. No ha habido una petición formal de entrevista. Aún no hemos acordado día y hora.
¿Cuáles son los principales problemas de movilidad que padece Sant Adrià?
Sant Adrià está muy bien conectada, pero tiene su cara negativa en la Catalana, un barrio nuevo, residencial, en construcción que sufre la salida de la ronda del Litoral. Por otro lado tenemos el puente de la Nacional. Hay un proyecto de gran envergadura para poner el carril bici y pacificar el tráfico rodado, pero nos han dado una bofetada al tener conocimiento de una actuación que ha hecho Barcelona cerca del polígono de Monsolís con la instalación del nuevo centro de Amazon, de 14.000 metros cuadrados, que dificultará el tráfico, sobre todo de madrugada. Tuve conocimiento de ello la semana pasada y de manera accidentada, sin coordinación con Barcelona, pero ayer mismo pude concertar una reunión con Janet Sanz, la segunda teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, y logré un compromiso. Se disculparon porque no habían contado con Sant Adrià para el estudio de movilidad. Nos hemos emplazado para una reunión más técnica. Es triste que no se haya podido aprovechar una oportunidad como esta para trabajar conjuntamente. A Barcelona le cuesta. Seguimos insistiendo.
¿A Barcelona le pide una mirada más metropolitana y menos egoísta?
Barcelona, al principio del pasado mandato y con Colau como presidenta del AMB, sí tuvo esa mirada metropolitana, pero ha quedado más en un mensaje que en una acción. Con una mirada metropolitana buscas líneas de colaboración con los otros municipios del AMB y con tus vecinos. Ha habido más predicación que ejecución, pero supongo que la maquinaria de Barcelona….
¿Cómo repercuten en Sant Adrià las medidas que ha adoptado Barcelona contra los vehículos contaminantes?
Repercuten porque nosotros también formamos parte. En principio vamos en la misma línea que Barcelona. Trabajamos alineados en esta línea de trabajo.
¿Qué papel ha de jugar Sant Adrià dentro del área metropolitana?
Un papel importante porque tenemos un gran potencial con el ámbito de las Tres Chimeneas. Estamos hablando de una conurbación, de la primera corona de Barcelona.
El ex alcalde de Badalona, Álex Pastor, decía que el Barcelonès Nord es el hermano pobre del área metropolitana. ¿Comparte su opinión?
Nuestra queja histórica es que la mayoría de las inversiones se han hecho en el Llobregat, pero no lo quiero vivir desde un punto de vista de victimismo, sino de oportunidad. Y así lo hemos trasladado al AMB. En el Barcelonès Nord hemos hecho un frente común porque hay una necesidad de focalizar las energías. Si nosotros crecemos, crece el área metropolitana, que es la suma de todo.
¿Cómo vislumbra la Barcelona metropolitana de 2030?
Ostras. Tenemos que pensar una Barcelona más metropolitana desde una perspectiva progresista, de desarrollo, de oportunidades. Evidentemente que sí. Si pensamos desde el punto de vista conservador, pensaremos como la gran urbe y la zona periférica. No podemos quedarnos con un cerco de lo que es la ciudad. Ésta es una mirada exclusivamente egocéntrica que le resta potencial. Es importante que Barcelona mire a su alrededor porque si el vecino está bien, tu estás bien y todos estamos bien. Es una mancha que se escampa de manera positiva. Es una visión más moderna, progresista y de desarrollo.
Núria Marín, Núria Parlon, Lluïsa Moret, Raquel Sánchez, Pilar Díaz.... ¿Por qué el área metropolitana es un feudo socialista y feminista?
Me parece bien. ¿Por qué no? El PSC, históricamente, es el partido con una vocación más metropolitana. Es uno de los ejes que nos une y estoy alineada con esa mirada. Y por algo será que tantas mujeres sean alcaldesas. La sociedad ha dado un paso en este sentido. Las maneras de hacer y las miradas de mujer, más feministas, diferentes, ni mejor ni peor, calan y gustan a la ciudadanía. Además, la ley propició estas listas paritarias que en el PSC siempre intentamos cumplir a rajatabla o sumando más. Por eso tenemos esa perspectiva metropolitana y feminista.
Desde su nombramiento como alcaldesa se ha mostrado bastante activa en Facebook.
No creo que sea tan activa en las redes sociales. Hasta ser alcaldesa, no participaba por convicción personal, para preservar la salud mental. Creo que las redes erosionan muchísimo. Ya he trasladado a mi equipo que mi perfil será bastante moderado y neutro, para nada entraré en provocaciones, en distorsiones. Cuando veo que una persona emite una queja, intento ponerme en contacto con ella. No contesto públicamente a través de Facebook. Interno hacerlo de persona a persona. De tú a tú.
¿No cree que las redes sean un buen canal para transmitir la obra del gobierno municipal?
Entiendo que es otra vía más de comunicación. Asumo que hay una parte de la población que recibe la información a través de estos canales. Es una vía de información más, pero no la única, porque debemos explorar todas las vías, también las de las personas que no entran en redes ni se miran el boletín municipal. Intentamos ser comunicativos, activos, dinámicos para llegar a toda la ciudadanía posible.
¿Cuáles son los principales problemas que detectan los vecinos de Sant Adrià?
Un problema importante, que repercute y magnifica otros, es el incivismo. El incivismo está tan instaurado que distorsiona la visión de temas como la limpieza y la inseguridad. Los vecinos de Sant Adrià reconocen que cada día se limpia la ciudad, pero la sensación que tienen es que está sucia y no se cuida. Y lo mismo pasa con la inseguridad. Hay una sensación de tensión e incertidumbre que no se corresponde con hechos delictivos. Es un tema que debemos trabajar de manera comunitaria y desde el ayuntamiento preparamos una potente campaña contra el incivismo. También buscamos una mejora del espacio público y lucharemos contra la desilusión. Quiero que se recupere la ilusión de ser de Sant Adrià para combatir el estigmatismo que se está generando alrededor de nuestra ciudad.
¿Se presentará como candidata del PSC en las municipales en 2023?
Mi idea es presentarme para las próximas elecciones municipales, pero veremos cómo transcurren estos dos años. Soy una persona muy realista y si mi labor no es la debida o no cala en la ciudadanía, tendré que hacer una reflexión. Yo mismo me hago el examen.