La pacificación de calles que el gobierno municipal de Barcelona está llevando a cabo cuenta con numerosos detractores. Ejemplo de ello se da en la calle de la Muntanya, situada en el barrio del Camp de l'Arpa del Clot, en el que se han recogido firmas para restablecer el estado anterior de la vía.
Estos trabajos traspasan las fronteras de la capital catalana. Municipios metropolitanos están realizando actuaciones similares en algunas de sus calles principales, como es el caso de L'Hospitalet de Llobregat.
La pacificación de la carretera de Collblanc, una arteria que conecta con Esplugues y Barcelona, no ha gustado nada a los vecinos que viven en la zona, quienes denuncian el caos circulatorio generado a raíz de este cambio.
'DISPARATE'
Laura, vecina de Collblanc, tacha la pacificación de "disparate". Indignada por los cambios, muestra un rechazo absoluto respecto a los cambios en la vía. "Nos han liado un cristo con algo que no ha pedido nadie, las aceras son suficientemente anchas y no pasa nadie por la nueva zona pintada", asegura. Esta residente señala que la circulación es un "colapso constante", especialmente "en septiembre tras empezar los colegios". "Los padres que dejan a los niños en las escuelas tampoco tienen sitio donde parar", subraya.
Francisco y Conchita, un matrimonio afincado en el mismo barrio de L'Hospitalet, comparten opinión con Laura. "Esto es horroroso, es una carretera nacional, no entiendo como han hecho esto", explica la residente. Respecto al cartel que prohibe el acceso a la calle pacificada a vehículos no autorizados, ambos coinciden en que "cualquiera se lo salta".
El matrimonio lamenta que este cambio implique una prohibición de giro desde "Travessera de les Corts", así como que el carril bici esté "vacío". Estos vecinos también expresan su preocupación en caso de emergencia, recordando que hace unos días "una ambulancia no podía pasar" por la carretera debido al atasco que se había producido.
SIN CONSULTA
Amador, quien reside en la Travessera de les Corts, critica el cambio en Collblanc. "Esto está fatal, es un atasco todo el día, lo que han hecho no tiene ningún sentido", remarca. Este vecino tampoco da su aprobación a la nueva zona peatonal, por la que dice que "no camina nadie". Manuel, residente en Collblanc y amigo de Amador, tiene el mismo punto de vista. "Esto es terrible, hay tráfico todo el día. Cada vez que una ambulancia intenta pasar por una emergencia no puede", sentencia.
Luisa y Francisco viven en la Travessera de les Corts desde hace tres décadas, pero hacen vida en Collblanc. El matrimonio lamenta los problemas con los que se encuentran cuando tienen que ir a buscar "a su nieto de cuatro años al colegio", un perjucio que se repite en otras situaciones. "Si vienes de comprar o vuelves con alguien del hospital, no puedes parar en ningún sitio. Tienes que parar en medio de la calle y colapsar el tráfico, no hay ninguna alternativa".
Los residentes denuncian que la reforma se haya llevado a cabo "sin consultar a nadie", e insisten en que han tenido problemas con algún "ciclista" que incumplía la normativa de circulación.
CAOS PARA EL TAXI
La carretera de Collblanc cuenta con una parada de taxis a escasos metros del mercado del barrio. Mientras Lauren espera con su vehículo la llegada de un cliente, explica el desastre que ha supuesto para él este cambio: "Es un caos cada día, a todas horas. Esta es una arteria por la que pasa gente que viene de Cornellà y Esplugues", indica.
El conductor también remarca que el problema circulatorio, existente desde que se realizaron los trabajos, se ha acentuado "desde el comienzo de los colegios".
POTENCIAR LA ZONA COMERCIAL
La alcaldesa de L'Hospitalet, Núria Marín, aseguró tras la pacificación que ésta respondía a una mejora del "acceso y conexión a los barrios de Pubilla Cases, la Florida y Collblanc", e insistió en que la prohibición del tráfico rodado en la vía busca "potenciar la zona comercial de Collblanc".
La líder socialista en el municipio metropolitano recordó el compromiso de "reducir las emisiones de CO2 en un 40% antes de 2030", lo que implica "fomentar una reducción del uso del coche e incrementar la oferta de alternativas más sostenibles, como el uso del transporte público o la bicicleta".