Las cajas de pastillas y medicamentos inundan el mueble del salón de El Tori. En el rincón, su máquina de oxígeno conectada a la corriente provoca un zumbido de fondo. Domingo Flores Amaya, conocido como El Tori, depende del aparato para vivir. Cuando se va la luz, acude a su segunda alternativa: una bombona portátil que no necesita corriente eléctrica y que él mismo no puede levantar. "En esta, el aire sale más fuerte y me hace daño en la nariz, pero sin luz la otra máquina no tiene autonomía", explica el hombre.
La calle Alfons XII es la "zona 0" del barrio de Sant Roc de Badalona. El portavoz de la plataforma vecinal Sant Roc Som Badalona, Carles Sagués, alerta de la vulnerabilidad de las familias que viven en esta calle: "Cada invierno hay cortes de luz que duran horas. Aquí vive gente mayor y, como El Tori, hay al menos dos personas más que necesitan estar conectadas a una máquina de oxígeno". El vecindario, ya de por sí humilde, soporta a duras penas el problema. Unas 25 familias viven en cada bloque y la comunidad gitana está muy presente en la zona.
"LA NECESIDAD ARRANCA LA PUERTA"
Domingo Flores vive con su mujer y sus dos hijos, ambos con "problemas mentales", como él mismo asegura, en un modesto piso de Alfons XII. Su "señora" trabaja en el mercadillo y él recibe una paga contributiva. Aún así, la familia no puede pagar "ni la luz ni el agua". "Debo más de dos mil euros de la factura de la luz", explica El Tori, que ya tiene nietos e incluso un bisnieto.
El hombre recuerda los viejos tiempos y afirma que "hace 20 o 25 años te podías ganar la vida. Ahora ya no". El Tori se ve obligado ahora a decidir si pagar las facturas o comer: "La necesidad arranca la puerta". Y no solo El Tori. Algunas vecinas más del mismo bloque donde vive el hombre corroboran la versión de la historia. "Cada invierno es lo mismo", comenta una joven que tiene la puerta de la casa abierta, mientras un niño corretea por el interior del piso. "Así no podemos vivir".
PÉSIMO MANTENIMIENTO
"La red eléctrica es una basura". Sagués, de la plataforma vecinal, denuncia vehementemente el estado de la red eléctrica del barrio. Los cables cuelgan a la intemperie en la estructura de los edificios, muchos quemados. "La caja de la instalación de la electricidad, que está en la calle, la abrían los operarios que venían cuando saltaba la luz. Cambiaban un par de piezas y se iban. Ellos mismos decían que eran chapuzas", asegura Carles. De hecho, la dejadez es tanta que el transformador subterráneo cercano a Alfons XII se quemó el año pasado. Los Mossos d'Esquadra y los bomberos acudieron al lugar de los hechos y estuvieron una semana trabajando en extinguir el incendio. Al no quedar otro remedio que arreglarlo, el vecindario y las asociaciones albergan un pequeño rayo de esperanza. "Esperemos que este invierno no haya tantos cortes, ya que el contador tuvo que renovarse", confía Sagués.
Endesa, por su parte, no ha intervenido en ninguna ocasión para poner fin a estos episodios. Incluso el exalcalde Xavier García Albiol afirmó haberse reunido en enero de este mismo año con representantes de la compañía eléctrica para tratar la problemática. "Dijo que formarían equipos de trabajo con técnicos municipales. Nunca se presentaron por aquí", denuncia Sagués. "Aquí no ha venido ningún político", reitera El Tori. Ahora, con el cambio de gobierno, la demanda se traslada al PSC de Rubén Guijarro. Sin embargo, ni la regidora del barrio, Andrea Zapata, ni el Ayuntamiento de Badalona han querido hacer declaraciones a Metrópoli sobre el tema.
HORAS SIN ELECTRICIDAD
El barrio lleva años denunciando el problema. Con la llegada del frío, empiezan los cortes. De hecho, el pasado martes, 23 de noviembre, tuvo lugar el primero de este invierno. Dos horas sin luz que vecinos como El Tori no pueden permitirse. Este domingo, tan solo cuatro días después del primero, llegó el segundo corte.
Pese al gran número de familias sin recursos afectadas, Albiol afirmó cuando aún era alcalde que los cortes están provocados "al 100% por pisos okupados que se utilizan para plantaciones de marihuana". Una declaración que puso en pie de guerra al vecindario: "Aquí hay, como mucho, cuatro pisos que tengan plantaciones de ese tipo, no son todos. Los cortes de luz no son selectivos y afectan a todo el mundo por igual", denuncia Carles Sagués, de la plataforma Sant Roc Som Badalona. Desde la asociación, que también da respuesta a las familias del barrio desahuciadas, proponen que se controle y se estudie la situación: "Si hay pisos que sobrecargan la red eléctrica, que los localicen y pongan solución". Una problemática, por tanto, mucho más "profunda y grave". Además de no poder calentarse, teletrabajar o cocinar, los cortes afectan a la cotidianeidad del barrio, en el que también viven muchos vecinos mayores. De hecho, algunos de estos señores han llegado a caerse por no ver bien dentro de sus casas sin luz, aseguran algunos vecinos.
SOLIDARIDAD VECINAL
Si de algo tienen que estar orgullosos los vecinos de la zona, además de luchar por un derecho básico, es de la solidaridad que surge de los momentos difíciles. El Tori cuenta, divertido, cómo el invierno pasado encontraron la manera de entrar en calor: "Sacamos una bañera a la calle y quemamos escombros dentro. Así hicimos una especie de hoguera".
En el barrio, la mayoría de bloques son edificios muy similares y muchas familias solo tienen como fuente de ingresos las pagas contributivas, que ascienden a la mísera cantidad de 400 euros. Sin embargo, de la necesidad surge la buena voluntad. "No estamos mirando quién paga la luz y quién no. Todos nos ayudamos". Domingo Flores también cree firmemente en que si los gitanos se uniesen y formasen una asociación, "muchas cosas no pasarían", pero "como cantaba Peret, todos queremos más".
25 FAMILIAS ATENDIDAS SEMANALMENTE
Al margen de los cortes de luz, el barrio de Sant Roc también se enfrenta a los desahucios diarios. Desde la plataforma Sant Roc Som Badalona aseguran atender a 25 o 30 familias semanales por esta problemática. Una cifra escandalosa de la que la asociación se hace cargo como puede.
Sin una infraestructura propia, la plataforma ha llegado a atender en la calle a la multitud de familias, especialmente en pandemia. "Venían incluso desde Santa Coloma". Ahora, la asociación atiende a las decenas de personas afectadas los lunes por la tarde en el Centre Cívic de Sant Roc.