El balón está en el tejado de las instituciones, el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat, pero también en el conjunto de los municipios del área metropolitana. La patronal Foment, a través de la Societat Barcelonesa d’Estudis Econòmics i Socials, (SBEES) lleva meses elaborando doctrina. El programa Rething Barcelona, que dirige el editor y gestor cultural Fèlix Riera, ha dado sus frutos, con un conjunto de propuestas y peticiones que interpelan a la alcaldesa Ada Colau y al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, para que hagan del área metropolitana “la zona más dinámica y la referencia del sur de Europa”.

La obsesión es clara. Barcelona es el motor económico de Cataluña, pero la ciudad es un entramado urbano, que aglutina otras realidades, en las que viven 4,6 millones de ciudadanos. En una competencia global, entre grandes centros urbanos, “la única alternativa que tenemos es aunar esfuerzos y buscar políticas conjuntas, desde la colaboración público-privada”, como señaló el presidente del consejo de patrocinadores del SBEES y presidente de Agbar, Ángel Simón.  

CAMBIAR LA GOBERNANZA

¿A quién se dirige Foment? La pugna de la patronal con la alcaldesa Ada Colau ha sido constante en los últimos meses. El urbanismo táctico y las superilles han focalizado la controversia. Pero lo que se propone con el trabajo de Rething Barcelona es que la propia Colau, el presidente de la Generalitat y los gobiernos supramunicipales sean conscientes de que cualquier política que se implemente deberá ser “metropolitana”. Y ese es el problema que se detecta. Colau “trabaja para los vecinos de la ciudad, y parece lógico, pero el foco debe ser mayor, porque, ¿qué pasa con los vecinos del área metropolitana que entran y salen cada día, que trabajan, y que buscan también el ocio en la ciudad?”, indican fuentes de la patronal, que insisten en cambiar “la gobernanza” de la Gran Barcelona, como indicó Josep Sánchez Llibre, el presidente de Foment.

Josep Sánchez Llibre, Mar Alarcón y Ángel Simón, en la sede de Foment / MA

Eso pasa por nuevas atribuciones de la AMB, por una mayor ambición e impulso del Ayuntamiento de Barcelona y por la implicación también del gobierno autonómico, que, cuando está en manos nacionalistas –menos los siete años de gobiernos de los tripartitos de Pasqual Maragall y José Montilla—solo ve en Barcelona un contrapoder a la Generalitat.

EL LIDERAZGO DE BARCELONA

El documento de Foment parte de una exigencia: “Barcelona debe recuperar su liderazgo e impulsar con el resto de ciudades que componen la región metropolitana el desarrollo económico y social, cultural, tecnológico, científico y educativo, como garantía para poder afrontar los retos del futuro como son la movilidad, el cambio climático, la sostenibilidad, la vivienda, la seguridad o la lucha contra la desigualdad, entre otros”.

Pero, ¿cuál es el principal objetivo, a corto plazo? Lo que pone sobre la mesa la patronal Foment es que se “visualice” que puede haber un gobierno metropolitano, como ocurre en Londres, con el Gran Londres, con una descentralización que sea compatible con un mando coordinado. Sin ello, no se ve la posibilidad para resolver cuestiones como la movilidad o la vivienda. “Debemos avanzar en la visión de región metropolitana. El Área Metropolitana de Barcelona debe de dejar de ser la gran desconocida de las administraciones públicas. Hay que avanzar en una mayor identificación de la ciudadanía respecto a la visión de un espacio metropolitano y la AMB es clave para ese objetivo”. Los ciudadanos cambian de ciudad como un entorno natural, de Barcelona a L’Hospitalet, por ejemplo, pero, ¿saben quién puede coordinar políticas que afecten a los dos municipios?

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau / EUROPA PRESS

El programa de Rething Barcelona, impulsado desde la patronal en los últimos meses, se ha basado en entrevistas y diálogos con ex responsables y dirigentes metropolitanos, como los exalcaldes de Barcelona, Narcís Serra o Joan Clos, o la presidenta de la Diputación de Barcelona, Núria Marín. También urbanistas, intelectuales, arquitectos y activistas culturales han ofrecido sus visiones sobre cómo avanzar en el hecho metropolitano. Pero desde las administraciones las respuestas, por ahora, según juzga Foment, han sido escasas.

Es el momento, a juicio de Sánchez Llibre y Ángel Simón, como señalaron en la presentación del documento en la sede de Foment, que las “instituciones y el poder político” acepte el reto. Lo que está en juego es el crecimiento de un área que integra a 165 municipios, y a 4,6 millones de personas que actúa “como motor de Cataluña y puede serlo del norte de España y del sur de Europa”.

La primera respuesta a todo eso, considera Foment, se deberá ofrecer tras las próximas elecciones municipales, en las que estará en juego la continuidad de Ada Colau, pero también la presidencia de la Diputación de Barcelona y esos órganos supramunicipales, como la AMB.

Noticias relacionadas