Chico de barrio, buen estudiante y profesor, Rubén Guijarro es el alcalde socialista de Badalona que ha conseguido que la final de la Copa del Rey de baloncesto de 2023 se juegue en su ciudad, cosa que no pasaba desde 1985, a pesar de que Badalona es capital y catedral del baloncesto. Con fama de buen negociador, el antiguo jugador y entrenador del Unió Bàsquet Llefià ha logrado, de pasada, derrotar a Barcelona, que también presentó candidatura. La doble victoria de Guijarro, político “partidario del orden y la limpieza”, deja en evidencia la ineptitud y el fracaso de los comunes en todo lo que hacen o intentan hacer, especialmente en su desdén por el deporte y todo lo que lleve la palabra rey. Excepto en la repentina afición al futbol femenino de Colau.

Con fama de calmado y paciente, Guijarro es el cerebro del socialismo en la qué bonita es Badalona, que canta Serrat. Estudioso de la criminología, sus conocimientos sobre la materia complementan su licenciatura en Política, profesión en la que nadie se fía ni de su sombra en el arte de la puñalada trapera. Como tuvo el programa deportivo en la radio Ona Mar, sabe provocar entusiasmo y orgullo de ciudad. “Badalona se merece la Copa del Rey como nadie y seremos los mejores anfitriones. Esta es la Badalona en positivo en la cual creemos, la Badalona imparable que ilusiona”, dice. Felicidades con sana envidia, alcalde.

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