Interior del mercado de Fondo / ÁNGELA VÁZQUEZ

Interior del mercado de Fondo / ÁNGELA VÁZQUEZ

Gran Barcelona

Dejadez, un ascensor sin funcionar y robos en el mercado de Fondo en Santa Coloma

Algunos paradistas denuncian el mal estado del recinto a pesar de haberse reformado hace unos años

3 julio, 2022 00:00

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Ha sido la última gran obra en el barrio de Fondo de Santa Coloma de Gramanet. El nuevo mercado tal y como se conoce actualmente cumplió hace unos días 10 años, junto con la biblioteca, y la reforma no ha traído las consecuencias positivas que en su día se prometieron. 

Sin agua fría, puestos abandonados, temperaturas extremas en la zona de las cámaras donde se guarda el género y robos son la tónica habitual que viven los paradistas.

Exterior del mercado de Fondo en Santa Coloma / ÁNGELA VÁZQUEZ

Exterior del mercado de Fondo en Santa Coloma / ÁNGELA VÁZQUEZ

"NO HAY MEDIDAS"

Una de las paradistas atiende a Metrópoli y enseña cómo su trabajo se ve obstaculizado por la falta de agua fría. "No afecta a todas las paradas, pero yo así no puedo trabajar", explica la mujer, que se ofrece a hacer de guía para mostrar las numerosas "chapuzas" del recinto.

"Estuve 30 años en el mercado de Singuerlín y allí había unas medidas que aquí no hay", denuncia la trabajadora, que no celebra el décimo aniversario del mercado. A las 11:00 horas de la mañana, decenas de vecinos se agolpan en los estrechos pasillos, pero una gran mayoría continúan subiendo al piso superior, donde se construyó a la par un Mercadona.

"LOS LAVABOS DAN PENA"

La paradista se dirige a los lavabos de los trabajadores, mixtos. Por el camino, hace notar los defectos del suelo que pisa, que forma montículos y está desconchado. "Ahora mismo no se ve, pero se forma un riachuelo por una obstrucción que hay en la tubería", señala la mujer.

Tampoco hay papel ni sale agua de las pilas.

Exterior del mercado de Fondo / ÁNGELA VÁZQUEZ

Exterior del mercado de Fondo / ÁNGELA VÁZQUEZ

UN ASCENSOR SIN FUNCIONAR

A pesar de la alta actividad de movimiento que viene siendo habitual en un mercado, uno de los ascensores no funciona desde hace más de un mes. "Aquí nadie viene a arreglar nada", explica la mujer. 

El ascensor inoperativo es fácil de distinguir: está lleno de pintadas que indican el tiempo que lleva sin funcionar. Este miércoles indica seis semanas, aunque los paradistas aseguran que ya son más. 

El ascensor sin funcionar del mercado de Fondo / ÁNGELA VÁZQUEZ

El ascensor sin funcionar del mercado de Fondo / ÁNGELA VÁZQUEZ

"BAJAMOS A LOS INFIERNOS"

La ruta continúa y la paradista enseña a este medio los almacenes, en una planta inferior a la del mercado, donde se guarda el género. Un aire cargado y una temperatura extremadamente alta caracterizan la estancia. "No se puede estar mucho rato aquí", bromea la mujer, aunque al menos un mozo trabaja "todo el día" en esta zona. 

"Tampoco es muy salubre sacar la comida, los productos, de las cámaras frigoríficas directamente a este ambiente", denuncia la trabajadora, poniendo de relieve el chocante contraste de temperaturas. ¿Por qué? Los motores que regulan el aire se encuentran en la misma zona. "Deberían estar en el exterior".

El almacén del mercado, donde se guarda el género / ÁNGELA VÁZQUEZ

El almacén del mercado, donde se guarda el género / ÁNGELA VÁZQUEZ

DEJADEZ DE PARADAS

Algunos pasillos del mercado se encuentran obstaculizados por palés y carretillas con género. "Esto, en teoría, no se puede", explica la paradista. "Tampoco es normal tener paradas vacías en este estado", señala. El puesto indicado desprende suciedad y dejadez.

De las 30 paradas habilitadas en el mercado, 25 están activas.

Una parada vacía / ÁNGELA VÁZQUEZ

Una parada vacía / ÁNGELA VÁZQUEZ

ROBOS 

Otra preocupación de los paradistas y de los vecinos que acuden a diario al recinto son los robos, "especialmente los sábados", explican a Metrópoli algunos clientes. Una delincuencia que se extiende por todo el barrio, incluso en el mercadillo que se monta en la plaza del Reloj, donde está ubicado, el mismo sábado.

"Antes había dos o tres mozos trabajando, ahora hay por lo menos seis o siete y no sé qué hacen", denuncia, por otra parte, la paradista, que exige soluciones y denuncia que se les cobre puntualmente la tasa, a pesar de los numerosos problemas del mercado.