El trágico incendio del pasado 4 de mayo en Santa Coloma de Gramenet suma cuatro víctimas mortales. Una joven de 21 años que vivía con su pareja y tres personas más en el piso de la calle Sant Joaquim falleció meses después del suceso a causa de las heridas provocadas por el fuego.
Fueron los familiares del resto de fallecidos los que han confirmado a Metrópoli la muerte de la chica. "Su novio estuvo en el tanatorio y está muy mal, en tratamiento psicológico", han explicado los parientes. El chico es el único superviviente del incendio que se cobró la vida de dos hermanos georgianos y de otro hombre de 36 años. Todos vivían realquilados en la casa. El inquilino, de esta manera, mantenía la farsa de que habitaba la vivienda con su mujer e hijo para así beneficiarse de una ayuda social.
PROVOCADO
Las familias de los fallecidos claman justicia. El fuego, dicen, fue provocado. ¿Por quién? Es algo que los Mossos d'Esquadra todavía están investigando, cuatro meses después de la tragedia. Aunque la policía catalana no ha revelado más detalles de la investigación porque está "bajo secreto de sumario", los parientes aseguran que se utilizó acelerante para prender fuego a unos muebles y botes de pintura que llevaban días en la entrada, a la espera de ser recogidos por una brigada del Ayuntamiento.
El edificio, ubicado en el número 23 de la calle Sant Joaquim, fue pasto de las llamas a primera hora de la mañana y dejó a tres fallecidos en el acto: tres compañeros que convivían en habitaciones alquiladas en el tercer piso.
"ERAN MUY QUERIDOS"
El suceso tomó otra dimensión al ser un bloque okupado. En una de las viviendas vivía un hombre que, días antes, fue detenido por proferir amenazas a algunos vecinos. El individuo era la manzana de la discordia de la zona, tal y como confirmaron en su día los residentes a este digital. Ocasionaba peleas y numerosos problemas de convivencia.
Por el contrario, los fallecidos "eran muy queridos", tal y como explican sus familiares. "Los vecinos dejaron muchas muestras de cariño y notas de pésame en el lugar".
"PAGABAN SU ALQUILER"
La alcaldesa Núria Parlon aseguró en aquella ocasión que la situación de todos los pisos se había regularizado, excepto una, la del conflictivo okupa. ¿Y la de los fallecidos? En teoría, en la vivienda vivían un joven con su mujer y sus hijos, pero no era así. El hombre enarbolaba este discurso para beneficiarse de un alquiler social. Lo que en realidad hacía era realquilar las habitaciones a cinco personas, cuatro de las cuales fueron las víctimas mortales del incendio. "La agencia no tenía ni idea de esto", explican los familiares. Un engaño, por lo tanto, que permitía al hombre pagar un alquiler más bajo.
Son estos familiares los que aclaran la situación habitacional de los fallecidos, en un intento de desvincularlos de la okupación. "El chico que les alquilaba las habitaciones sí que había sido okupa hace años, pero ya no lo era", explican.