El vecindario de Sant Adrià de Besòs no descansa. La Central Térmica de Ciclo Combinado --perteneciente a Endesa-- continúa dando los mismos problemas que hace meses. "Los ruidos los tenemos siempre cada cierto tiempo", explica Néstor, un vecino del barrio de La Catalana que vive justo en frente de la planta.
Hace un mes, Metrópoli ya dio voz a este grupo de vecinos que adjuntaron pruebas gráficas no solo de los ruidos que el funcionamiento de la central ocasionaban, sino también de las dudosas emisiones que sus chimeneas despedían. "No hay un patrón, pero cada cierto tiempo ocurre. Más de 70 decibelios al día", denunciaba entonces Julien, otro residente que se compró su piso en la calle Jardí del Pessebre Vivent el pasado abril.
SILENCIADORES EN EL ÚLTIMO TRIMESTRE
Endesa comunicó este mes de julio que, en el último trimestre del año, instalaría nuevos silenciadores de última generación para "reducir la emisión de sonidos".
"Los equipos conseguirán, cuando se pongan en marcha los grupos térmicos, niveles sonoros finales compatibles con los máximos requerimientos que la normativa actual establece para las nuevas instalaciones", reza el comunicado, que está subido en la página web del consistorio. Sin embargo, estos todavía no han llegado.
"DEPENDE DE PARA DÓNDE SOPLE EL VIENTO"
Néstor asegura que era "muy consciente" de los problemas de la zona cuando decidió trasladarse a Sant Adrià. "La mayoría de nuevos vecinos somos de Barcelona, de zonas como Clot o Poblenou. Donde yo vivía antes, en calle Valencia, había mucha más contaminación seguro, pero las fábricas seguirán aquí dentro de 10 años". El joven asumió los contras de vivir en La Catalana porque priorizó los pros, como la conexión de transporte público. Sin embargo, "depende de para dónde sople el viento" puede soportar más o menos los ruidos de la central.
"Y ya no solo el ruido, que parece que se produce sobre todo cuando arrancan las máquinas". Según el vecino, el "humo amarillo" también es preocupante. Todavía lo son más las emisiones de los coches que circulan por la Ronda, que rodea al barrio.
MEDIDORES DE RUIDO
Airenet también mantiene una guerra abierta. La plataforma critica el compromiso al que Endesa se sometió hace ahora dos años: "La compañía se comprometió, en diciembre de 2020, a realizar un estudio de ruidos que no hizo", explica Silvina Frucella, portavoz. ¿Cuál fue el siguiente paso? Presentar una denuncia ante la Guardia Civil. Sin embargo, tampoco se pudo llevar a cabo, ya que necesitaban "mediciones oficiales".
La alcaldesa Filo Cañete aseguró a este grupo de vecinos en diciembre de 2021, el año pasado, que instalaría un sonómetro que funcionaría un mes. "Supuestamente lo hizo, pero meses más tarde, Ruth Soto dijo que esa medición no era oficial". Un proceso que la regidora socialista de Área Sostenible tumbó, lo que ha desconcertado a los vecinos, que no acaban de entender el porqué. "Es un incumplimiento tras otro porque Endesa sigue aturdiendo con sus ruidos. Algo grave, ya que la normativa de ruidos es municipal, no depende de nadie más", ha denunciado Silvina.
UN BARRIO EN CONSTRUCCIÓN
La Catalana es un barrio que se ubica en uno de los laterales del río Besòs. El vecindario lo conoce como el "barrio en construcción", debido a la gran cantidad de pisos que todavía se están construyendo. La mayoría están vacíos y los servicios en la zona son prácticamente nulos: hace pocos meses se inauguró un supermercado y los vecinos vieron "la luz al final del túnel", como explican a este digital.
Últimamente, además de los ruidos de la central, los residentes se enfrentan a más: los de los camiones de alto tonelaje que paran a descansar por la zona. Los vehículos también estropean el estado de las calles y de las rotondas, que son demasiado estrechas".