La Fiscalía pide dos años y cuatro meses de cárcel para un pastor evangélico de Terrassa por haber vejado a su hijo por su orientación sexual. La acusación pide también un año y medio para la mujer del pastor. El matrimonio también está acusado de agresiones contra su hijo.

En concreto, los padres están acusados de vejar a su hijo gay, que huyó de casa en enero de 2017 ante el temor de la reacción de sus progenitores si descubrían que era homosexual y a quienes confesó su orientación sexual días después en una reunión en el instituto donde estudiaba, ante lo cual los padres aseguraron que "tenía el demonio dentro".

En una ocasión, cuando el joven ya había huído de casa, se reunió con sus padres para que le devolvieran el pasaporte, pero acudió a la cita con su pareja en aquél momento. Ante la situación, los padres se molestaron y se negaron a devolverle la documentación, lo que desencadenó un forcejeo.

Por su parte, los padres también han cursado denuncias contra su hijo y la pareja, aunque el ministerio público solo acusa al matrimonio.

En la sesión que se ha celebrado hoy en la audiencia de Barcelona, dos agentes de los Mossos d'Esquadra que intentaron mediar en el focejeo han testificado que los padres “no aceptaban la condición sexual de su hijo” y le ponían como condición para volver a casa “volver a la iglesia para sanarlo a él y a su pareja”, haciendo alusiones constantes a que “era pecado”.

TESTIMONIO DE LA VÍCTIMA

La víctima, que también tiene la condición de acusado tras la denuncia interpuesta por sus padres, ha leído en el juicio un texto en el que ha relatado que el pastor evangélico -su padre- le dijo ante personal del centro educativo en el que estudiaba que "el origen del pene es estar en la vagina" y que "tenía el demonio dentro". Detalla que se vio "obligado a encajar en un molde que no era para él”.

Fachada del Palacio de Justicia de Catalunya, sede del TSJC y de la Audiencia de Barcelona. - DAVID ZORRAKINO - EUROPA PRESS - Archivo

Tras su huída de casa, los padres le esperaban algunas veces fuera del instituto "con una postura bastante intimidante" para forzarle a volver a casa y que su padre le hizo llegar una carta donde le decía que lo que hacía no estaba bien, que "era pecado".



La defensa se ha amparado en que todos los comentarios se han hecho desde "las creencias religiosas" y que, en el momento del forcejeo, fue la víctima la que fue hacia el coche y trató de quitarle el bolso a su madre y la atacó. Se trata de una versión que contrasta con el testimonio de la víctima, que explica que fue el pastor quien agarró del cuello a la pareja del joven e intentó darle un puñetazo, que finalmente recibió su hijo al interponerse entre los dos.

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