Poco más de 90 agentes de la Policía Local intentan garantizar la seguridad en El Prat de Llobregat. Y apenas lo consiguen. Un resultado claramente reflejado en el último balance de criminalidad del Ministerio del Interior: la delincuencia entre enero y septiembre de este año se ha disparado un 54,1%. Una cifra muy por encima incluso de Barcelona. E, incluso, del resto de municipios españoles: "Hemos llegado a ser la ciudad con más crímenes de España", explican los agentes del cuerpo policial a Metrópoli.
Con poco más de 65.000 habitantes, El Prat sufre una gran falta de efectivos. ¿Los motivos? Como sucede en otras poblaciones similares, las condiciones laborales. "No se quieren quedar. Hay una fuga de agentes", admiten los policías.
10.000 HORAS EXTRAS
La cantidad de horas extras que los agentes realizan es un reflejo de la situación de la plantilla: "Este año hemos realizado unas 10.000 horas extras porque los turnos ordinarios no se pueden cubrir", explican desde el sindicato SPL-CME, mayoritario en la Policía Local y en continuo contacto con el Ayuntamiento para mejorar sus condiciones. "Le hemos ofrecido un calendario nuevo al Ayuntamiento que mejoraría esta falta de efectivos y la reestructuración, pero no lo han aceptado", lamentan los sindicalistas respecto a este punto.
"Después de diversas negociaciones, conseguimos que nos las pagasen más. Antes, las cobrábamos por menos que una hora ordinaria, cosa que es ilegal", aclaran desde la sección sindical. Un motivo por el que, aseguran, se produce la citada "fuga de agentes".
COMPROMISO DE 120 AGENTES
La media de edad del cuerpo policial también es un problema a la hora de cubrir los servicios. El adelanto de la edad de jubilación ha recortado los efectivos, "tenemos una plantilla vieja", explican a este medio.
Sin embargo, este enquistamiento no es nuevo. El equipo de Lluís Mijoler, de El Prat En Comú, firmó en 2013 un acuerdo para conseguir engrosar las filas hasta llegar a los 120 agentes. Algo que todavía esperan que se produzca, aunque, insisten, la comunicación con el regidor de seguridad, David Vicioso, está en un buen punto. También lo está la relación con el Inspector jefe, Rafael pino. No fue así, en cambio, con el anterior jefe, Ramon Dosaigues, actual Intendente Jefe en la Guardia Urbana de L'Hospitalet de Llobregat.
EL AEROPUERTO Y EL CENTRO COMERCIAL
A la falta de efectivos se suman dos localizaciones especialmente conflictivas en el municipio: el aeropuerto y el centro comercial Splau. El aeropuerto del Prat concentra una gran cantidad de hurtos, un delito que se repite en el Splau, que se suele ubicar erróneamente en Cornellà de Llobregat. "El Ayuntamiento siempre ha justificado la gran cantidad de delincuencia con estos dos equipamientos, pero tampoco ponen medidas para solucionar el problema", denuncian los agentes.
Una competencia, la de la vigilancia de las dos terminales del aeropuerto, que compete a Mossos d'Esquadra, pero en la que la Policía Local colabora cuando se la requiere o se producen accidentes de tráfico. "Hace tres años se acordó que mossos vigilase ambas terminales para poder recuperar los policías locales destinados en la T2 y redistribuirlos por la ciudad", explican, aunque la medida no ha sido del todo efectiva.
SANT COSME
Probablemente uno de los "barrios más conflictivos" de Barcelona. El "gueto", como lo califican los policías, se ha ganado una mala fama similar a la de La Mina (Sant Adrià de Besòs) o a la de Sant Roc (Badalona) a lo largo de los años. "Ha evolucionado. Antes estaba el boom de la heroína y ahora lo que más prolifera es la marihuana", explican. La nula presencia policial incentiva este tipo de actividades: "En 2016 se retiraron las dos unidades fijas que destinábamos las 24 horas en esa zona. Ahora, como mucho, se hace alguna ronda".
La séptima fase, o las "casas blancas", concentran a una población en su mayoría obrera, pero también de etnia gitana. "El perfil de persona ya no es solo el toxicómano. Ahora hay de todo". Efectivamente, vehículos abandonados, colchones por el suelo, perros y hasta un enorme gallo atado a una farola decoran las calles, como ha podido comprobar Metrópoli. A pocos metros, la comisaría de Mossos y de la Policía Local se erigen, vigilantes.
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Aviso aclaratorio: Esta información ha recibido una solicitud de rectificación de El Prat de Llobregat.