¿Se puede salvar Barcelona?: ‘O será metropolitana y por consenso o no será’
Pensadores y gestores señalan que se debe lograr una “región metropolitana de 45 minutos”, con una ciudad de Barcelona “donde pasen cosas y se pueda desbordar”
22 marzo, 2023 20:34Planificar y pensar el futuro, pero, ¿quién lo puede hacer? Con las elecciones a poco más de dos meses, el reto de Barcelona no puede desligarse de todo su entorno metropolitano. Pero no se puede votar –todavía— para elegir a un gobierno metropolitano de forma directa. Con esa premisa, el Círculo de Economía ha reunido este miércoles a pensadores y gestores para que definan qué Barcelona puede tener futuro. Y el denominador común es diáfano, o será metropolitana, llegando a acuerdos, con grandes consensos, o no será. Esa ha sido la respuesta, con matices, con argumentos complementarios, de Oriol Estela, coordinador general del PEMB (Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona), Mercè Conesa, directora general de Barcelona Global, y Fèlix Riera, director de RethinkBNC, ligado a Foment del Treball, y con la moderación del ensayista y miembro de la Junta del Círculo de Economía, Jordi Amat.
Desde la transición verde, a la movilidad, pasando por esa idea de la ciudad de los quince minutos, que ha teorizado y desarrolado en París el urbanista Carlos Moreno, todo dependerá de la capacidad de organizarse de forma “metropolitana”. Ha sido Oriol Estela quien ha insistido más en ello, al precisar que, en realidad, lo que está en juego es organizar una gran región “de 45 minutos”, donde se puedan poner en juego planes de vivienda, transporte público y oportunidades económicas para la gran mayoría de la población.
La otra gran pata es el consenso. Es lo que más han pedido las entidades económicas y asociativas en Barcelona en los últimos años, con la denuncia de que la alcaldesa Ada Colau ha tomado decisiones de forma unilateral. Fèlix Riera ha incidido en que la cuestión central que abordan todas las ciudades occidentales, la transición verde, se debe acometer “sin debilitar el tejido económico, y con una idea clara sobre qué significa el progreso”. ¿Qué implica eso? Para Riera, ese tejido empresarial debe poder ser competitivo, y, por tanto, se debería generar una dinámica que haga posible esa transición verde, desde la convicción de que la mayoría de empresas tienen la plena conciencia del problema y lo quieren abordar”.
MÁS Y MEJOR COLABORACIÓN PÚBLICO-PRIVADA
Mercè Conesa ha tomado el testigo de Riera, pero con el acento en el transporte público y la relación de Barcelona con otras áreas urbanas y verdes. La clave, a juicio de Conesa y también de Riera, es visualizar la ciudad desde arriba paa comprobar que todo está ligado por grandes zonas verdes, que rodean una mancha urbana.
El mensaje que se reproduce en los diferentes debates que se abordan sobre el reto de Barcelona es que “se debe recuperar la confianza para mejorar e impulsar la colaboración público-privada”, según Conesa, con el acento, una vez más, en que esa colaboración debe extenderse por toda la región metropolitana, que, como apunta Oriol Estela, debería llegar algo más allá de los dos Vallès, el Oriental y el Occidental. Pero no unir todas las capitales de comarca con Barcelona, según el propio Estela, porque eso llevaría a un centralismo “similar al que se ha establecido con el AVE respecto al conjunto de España”.
El futuro pasa por reorganizar esos centros de gestión. Uno de los asistentes, Carles Cuatrecasas, miembro de la Junta del Círculo de Economía, ha pedido mayor ambición, pero con la mirada puesta en la “administración pública”. Ese es un clamor en todos los foros económicos, al entender que el poder político ha quedado desdibujado, pensando, en la ciudad de Barcelona, en Ada Colau y los comunes. “Falta liderazgo, dirigentes que apuesten por el sí, porque el sector privado ya está dispuesto, ya quiere y espera un mayor impulso, como sucedió a finales de los años setenta, donde Pasqual Maragall y Juan Antonio Samaranch quieron romper con la ciudad gris y de provincias que era Barcelona”.