Final feliz para el perro abandonado en un balcón de Badalona. El animal, un cachorro, vivía recluido desde hacía meses en la parte exterior de un piso de la avenida Martí i Pujol, desatendido por completo. Sus dueños no le proporcionaban agua ni comida y, por si fuera poco, lo maltrataban: el vecindario era testigo a diario de las patadas y golpes que el can recibía.
Metrópoli se hizo eco del caso hace un mes ante la impotencia de los residentes de la zona y del Colectivo Animalista Bienestar Animal, que fueron los que dieron la voz de alarma de la alarmante situación del perro, que cada vez se encontraba más débil. Finalmente, este miércoles, agentes de la Guardia Urbana han acudido al domicilio y se han llevado al cachorro, que se encuentra sano y salvo en el Centre Comarcal d'Atenció d'Animals de Companyia del Barcelonès (CCAAC).
RESCATADO
El anterior gobierno de Badalona, encabezado por Rubén Guijarro, con Rosa Trenado como concejal responsable de Benestar Animal no pudo poner fin a la pesadilla del animal: aseguraron que un técnico y una veterinaria del CCAAC habían certificado el buen estado de salud del perro. Una conclusión que enfureció a los animalistas de la ciudad, que aportaron vídeos y fotografías del abandono y maltrato.
Ahora, en cambio, el nuevo alcalde Xavier García Albiol y su equipo han solucionado el problema: los del PP se han dirigido a los juzgados para pedir la ejecución del decomiso del perro, dadas las evidentes pruebas que las asociaciones han aportado. Gracias a la aceleración del proceso, Benestar Animal y agentes del cuerpo local, que poco pudieron hacer en anteriores ocasiones sin la orden pertinente, han conseguido llevarse al can.
DUEÑA CONFLICTIVA
No era la primera vez que los dueños del perro protagonizaban tensas situaciones. El vecindario ya explicó a este medio que vivían con miedo de que la pareja se vengase de los denunciantes del maltrato. La mujer, de hecho, cuenta con diversos antecedentes penales.
Ahora, el cachorro, que no estaba censado, no tenía chip y tampoco el seguro obligatorio para perros de razas potencialmente peligrosas, permanece en el refugio, a la espera de que su situación se normalice.