La zona de entreno de la Cop's Cave / LUIS MIGUEL AÑÓN

La zona de entreno de la Cop's Cave / LUIS MIGUEL AÑÓN

Gran Barcelona

Formación, entreno y más de 400 agentes unidos: así es el nido policial de la Cop's Cave

Distintos cuerpos recalan en una nave industrial para aprender a afrontar las adversidades de la profesión

1 julio, 2023 23:30

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Agentes que intentan separar el bien del mal. Que se comprometen con la sociedad. Que lo dan todo, incluso la vida en un momento dado. Entre las cuatro paredes de una nave industrial encajada en un callejón, cuya localización es mejor reservar, 400 policías de distintos cuerpos se reúnen para compartir los mismos valores: compañerismo, formación, unión y aprendizaje.

Es la Cop's Cave, un proyecto que surgió de un grupo de agentes que buscaba entrenar y compartir destrezas físicas y ha acabado siendo "un referente en formación policial a nivel nacional": una cueva donde se enseña a agentes de todos los niveles y rangos a ser mejores policías. Pero la dimensión real, lo que no se enseña en las aulas del Institut de Seguretat Pública de Catalunya (ISPC), y se aprende, a base de práctica, en la calle.

Una parte del interior de la Cop's Cave / LUIS MIGUEL AÑÓN

Una parte del interior de la Cop's Cave / LUIS MIGUEL AÑÓN

FORMACIÓN CONTINUA

El aspecto exterior de la Cop's Cave no denota lo que alberga su interior: decenas de máquinas de entrenamiento, material táctico, una zona para hacer escalada, cuerdas colgadas al techo y banderas de distintos países. Un espacio adecentado para hombres y mujeres que forman la delgada línea azul: protegen a la población de la criminalidad.

La idea surge, tal y como explica Esteban, el presidente de la asociación, a Metrópoli de un grupo de compañeros que se dio cuenta de las carencias formativas a nivel policial y de que trabajar y vivir en el mismo municipio podía generar tensas situaciones: "Vamos al gimnasio a entrenar y podemos encontrarnos fácilmente con alguien a quien hemos detenido unos días antes". Algo que quisieron evitar, por lo que alquilaron un gran local donde poder ejercitarse sin curiosas miradas. "Aunque la cosa ha evolucionado y, con los años, tenemos mucho más que cuatro máquinas". Así lo constata el tatami de la planta superior, que trasladaron desde el piso de abajo para tener todavía más espacio: "Se hace jiu-jitsu brasileño, boxeo, kick boxing... Artes marciales necesarias que muchos de nosotros practicamos", puntualiza Esteban.

SIN RANGOS

Es precisamente al lado del tatami donde se encuentra la sala de formaciones teóricas, la piedra angular de la Cop's Cave. Algunos de los pupitres son nuevos y de las paredes cuelgan más de un centenar de parches de distintos cuerpos policiales de todo el mundo: desde la Ertzaintza vasca hasta policías de Estados Unidos o recuerdos militares de Irak. "Los galones y los rangos se dejan fuera cuando uno entra aquí", aclara Esteban, que destaca el buen clima existente en la Cop's Cave. "Venimos a aprender y a nutrirnos de las experiencias de los demás".

Un policía entrenando en las instalaciones de la Cop's Cave / LUIS MIGUEL AÑÓN

Un policía entrenando en las instalaciones de la Cop's Cave / LUIS MIGUEL AÑÓN

Empezaron siendo varios cursos al mes y ahora se imparten cada semana. "A veces vienen compañeros de todas partes de España o vamos nosotros". Desde Madrid hasta Valencia, policías de todo el territorio nacional sienten que la formación que reciben en las academias es insuficiente. "Suplimos las carencias".

Parches policiales en la Cop's Cave / LUIS MIGUEL AÑÓN

Parches policiales en la Cop's Cave / LUIS MIGUEL AÑÓN

KILLING HOUSE

Lo más "divertido", sin embargo, no se aprecia a primera vista. Un laberinto de pasillos se esconde tras una puerta convencional. El espacio simula una zona urbana, en este caso una vivienda o, mejor dicho, una "ratonera". Es la killing house, una zona de entrenamiento que pretende parecerse a la vida real lo máximo posible. Los policías acceden al interior preparados para una intervención: colocan blancos de personas "enemigas" o, en ocasiones, los propios agentes juegan el papel de "malo". También aparecen "rehenes" o menores de edad: el objetivo es que adquieran la capacidad para discernir sobre quién deben poner el foco de atención. Una pantalla exterior graba toda la operación: "Así el resto observamos, no solo para calificar, sino también para aprender", explica Esteban.

La apertura de puertas con arietes también se practica en la killing house. Todo ello combinado con efectos especiales como las luces de los coches policiales, granadas de humo o atacantes con cuchillos electrificados. "La frustración es algo con lo que tenemos que trabajar a diario. Igual tienes que repetir este ejercicio 20 veces, pero tenemos que estar preparados para cualquier tipo de situación", transmiten desde la organización de la Cop's Cave.

Material policial en la 'killing house' de la Cop's Cave / LUIS MIGUEL AÑÓN

Material policial en la 'killing house' de la Cop's Cave / LUIS MIGUEL AÑÓN

LA INTERVENCIÓN DE JAÉN

La muerte del policía nacional del pasado 11 de junio durante una intervención contra un hombre armado en Jaén está muy presente entre los compañeros de los distintos cuerpos. El agente, con su binomio, acudió a una calle de Andújar para reducir al atacante, que esgrimía un cuchillo en una mano y un martillo en la otra. Sin embargo, "todo lo que podía salir mal, salió mal": uno de los policías saca la defensa y cae al suelo mientras retrocede ante el enemigo. Inmediatamente cambia de opinión y dispara con el arma reglamentaria. El resultado es que la bala impacta contra su compañero, que se encuentra en la línea de fuego, y fallece casi en el acto.

"Es un ejemplo de una situación que nos podemos encontrar en el día a día y ante la que hay que saber responder. No puede ser que contra alguien armado no puedas desenfundar la pistola porque tengas miedo a las repercusiones legales o la defensa en una mano. O que el compañero esté en la línea de fuego", ejemplifica el grupo de policías.

El tatami de la Cop's Cave para practicar artes marciales / LUIS MIGUEL AÑÓN

El tatami de la Cop's Cave para practicar artes marciales / LUIS MIGUEL AÑÓN

PILAS AL DEPARTAMENT D'INTERIOR

Sin querer operar como una competencia, la Cop's Cave ofrece una alternativa para aquellos que quieran ampliar sus conocimientos sobre el terreno: "La formación del ISPC es de calidad, pero nosotros vamos más allá", puntualizan desde la asociación.

Una iniciativa en la que ya participan más de 400 agentes y que ha obligado a sus impulsores a aumentar el catálogo formativo convirtiendo la formación policial en un aspecto multidisciplinar. Una guarida, un refugio que busca trasladar la seguridad a la ciudadanía.