Estación de tren de Sant Feliu de Llobregat, actualmente okupada / LUIS MIGUEL AÑÓN

Estación de tren de Sant Feliu de Llobregat, actualmente okupada / LUIS MIGUEL AÑÓN

Gran Barcelona

La okupa de la estación de tren de Sant Feliu será desahuciada el próximo 17 de octubre

Andrea J. Meseguer lleva más de 100 días viviendo en el edificio principal como modo reivindicativo para salvaguardar unas instalaciones con más de 169 años de historia

14 octubre, 2023 20:26

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Empieza la cuenta atrás para desalojar a Andrea J. Meseguer, la okupa de la estación de Sant Feliu de Llobregat instalada en el edificio principal desde la noche de Sant Joan. Como ha podido saber Metrópoli en exclusiva --y tras su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE)--, el próximo martes 17 de octubre, Andrea deberá abandonar la histórica estación tras 116 días okupándola de forma reivindicativa. Su único objetivo siempre ha sido salvaguardar el edificio, de un gran valor histórico para el municipio.

"Estoy intentando proteger una instalación que tiene más de 169 años de historia y que está a punto de ser destruida de forma completamente injustificada", explicaba Andrea a este medio hace unas semanas. Su lucha por mantener una de las estaciones más antiguas de España, que parece llegar a su fin, no es algo reciente. La activista e ingeniera de profesión lleva años poniendo en valor este edificio de Sant Feliu y abogando por unas obras que conserven las instalaciones. 

EL AYUNTAMIENTO LE DA LA ESPALDA

El objetivo de Meseguer es entablar una conversación con Adif --propietaria del edificio-- pero para ello necesita el apoyo del gobierno municipal: "El Ayuntamiento siempre me ha dado la espalda", lamenta. Para conseguirlo, inició una recogida de firmas para presentar una moción, que contó con los votos en contra del gobierno municipal, la abstención de los comunes y Esquerra y los votos a favor de PP y Vox. "Me han asegurado que en cuánto me echen tiran abajo la estación", afirma Meseguer.

Ahora se ha convertido en un espacio social reivindicativo en el que se organizan conferencias y actividades relacionadas con su pasado y valor histórico. "Nunca ha sido mi voluntad detener las obras, es más, creo que significa una gran transformación urbanística para Sant Feliu. Solo quiero que se me escuche", destaca Andrea.

Una conferencia en el interior de la estación de tren de Sant Feliu / CEDIDA

Una conferencia en el interior de la estación de tren de Sant Feliu / CEDIDA

REIVINDICACIÓN HISTÓRICA

El soterramiento de las vías de la estación de tren de Sant Feliu es una de las reivindicaciones vecinales más antiguas del municipio, que desde hace décadas divide la ciudad en dos. Pese a su alto valor patrimonial, con los años la supresión de su paso a nivel se ha convertido en una necesidad para sus vecinos, por el peligro que supone para todos ellos. 

En 2018, el estado español decidió desencajar el proyecto. El presupuesto del soterramiento de las vías sobrepasa los 100 millones de euros, a los que hay que añadir los casi 10 millones que costará tirar abajo la antigua estación. Es uno de los proyectos más complejos de la historia ferroviaria española que el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, a través de Adif, espera acabar en un plazo de cuatro años.

La activista y okupa Andrea J. Meseguer en la estación de tren de Sant Feliu / CEDIDA

La activista y okupa Andrea J. Meseguer en la estación de tren de Sant Feliu / CEDIDA

En noviembre de 2021, se celebró en el municipio una votación para decidir el futuro de la estación. Los vecinos pudieron escoger entre tres opciones diferentes, pero en ninguna de ellas se planteaba la alternativa de mantener el edificio. Más de 38.000 personas fueron llamadas a votar, pero solo participaron 6.299 habitantes, un 16,22% del censo total.

La opción ganadora fue la de integrar un espacio de memoria del edificio original en la nueva estación con 4.559 votos, ante los 1.651 de hacer una réplica del edificio original en un emplazamiento diferente al actual. Las obras, que se iniciaron en junio de 2021, supondrán una transformación urbana trascendental para la capital de la comarca del Baix Llobregat.