El pasado fin de semana, los retractiladores del aeropuerto de Barcelona protagonizaron una brutal reyerta que se saldó con cuatro detenidos y un herido con traumatismos craneales. ¿El motivo? El control de las zonas con más clientes de la Terminal 1.
Antes de que estallara la pandemia del coronavirus, el aeropuerto del Prat de Llobregat disponía de un servicio de embalaje de equipaje para los clientes. No obstante, a raíz de las restricciones del Estado de Alarma, lo suprimieron. Tres años después, aún no lo han recuperado y eso ha dado pie a que varios grupos de gente lo ofrezcan de manera ilegal.
EL MODUS OPERANDI DE LOS RETRACTILADORES
Los retractiladores suelen ser personas de origen pakistaní y albanés--entre otras nacionalidades-- en situación administrativa irregular. Reciben este nombre por la función que desempeñan: retractilar maletas. Es decir, envolverlas con un papel film termoplástico. La peculiaridad de estos "empleados" del Prat de Llobregat es que el servicio es pirata, ya que carecen de la licencia para ejercerlo. El modus operandi que utilizan es muy parecido al de los taxistas ilegales: se acercan a los clientes y les ofrecen el servicio de manera clandestina.
Muchos de sus clientes desconocen que es una práctica ilegal. Otros se lo imaginan, pero deciden contratarlos igualmente, ya que es la única manera de envolver sus maletas. Fuentes de Aena confirman a este digital que la presencia de retractiladores es algo habitual en el aeropuerto. No obstante, en breves serán desterrados: la licitación para recuperar este servicio se encuentra en fase final y se prevé que, a corto plazo, el aeropuerto vuelva a tener embaladores legales.
"Colaboramos con los agentes para garantizar la seguridad en el aeropuerto, pero no perseguimos a los retractiladores clandestinos porque no es nuestro trabajo, es el de la policía", dice Manel Fran, responsable de comunicación de Aena en Catalunya.
PELEAS Y DENUNCIAS
Los Mossos d'Esquadra son los encargados de erradicar esta infracción administrativa. "Localizamos a las personas que ofrecen el servicio y las denunciamos por incumplir la ordenanza municipal, ya que no tienen la licencia correspondiente", explica la policía catalana a este digital.
A pesar del episodio de violencia del fin de semana, las agresiones entre ellos no suelen ser habituales. La última pelea en la que intervinieron fue en julio. Normalmente, discuten entre ellos para conseguir las mejores zonas del aeropuerto, pero se queda en eso, discusiones. Es complicado saber el número exacto de retractiladores clandestinos que hay en las terminales, pero, en 2022, pusieron 125 denuncias.
En proporción a los datos más recientes de este 2023 --que son hasta el 14 de agosto-- este tipo de infracciones han bajado: solo han denunciado a 46 personas, a las que también han decomisado el material de embalaje.
PROBLEMAS DE SEGURIDAD EN EL AEROPUERTO
La cuenta de X (Twitter) de Trànsit Aeri de Catalunya también se ha hecho eco de las imágenes y ha asegurado que "la situación es insostenible". Ha añadido que llevan, como mínimo, "un año y medio por las terminales con chalecos reflectantes, estafando turistas y peleándose entre ellos como si fueran verdaderas mafias, agravando aún más el problema de carteristas y ladrones de maletas que ya hay normalmente en las instalaciones".
El Ayuntamiento del Prat de Llobregat ha hecho 44 requerimientos, pero asegura que el papel municipal en este asunto es "muy tangencial y administrativo" y que son los Mossos los que tienen competencias para sancionar a los retractiladores. "El fenómeno se da al no haber un servicio de embalado después de la extinción del último contrato que tenía Aena", concluye el consistorio.