El Ayuntamiento de Gavà reclama el blindaje del funcionamiento actual de las pistas del Aeropuerto
En Barcelona únicamente están autorizadas las operaciones segregadas: la pista más cercana al mar para despegues y la que se encuentra cerca de la Zona Franca para aterrizajes
30 enero, 2024 12:45Noticias relacionadas
La alcaldesa de Gavà, Gemma Badia (PSC), ha exigido el blindaje definitivo de la operativa en pistas segregadas del Aeropuerto de Barcelona-El Prat. Lo ha hecho con motivo de la reunión de la Comisión de Seguimiento Ambiental de las obras del aeropuerto de Barcelona (CSAAB).
Para Badia, garantizar para siempre la operativa actual “es clave para que la infraestructura no vuelva a ser una pesadilla para los vecinos de Gavà”. Por eso, reclama el compromiso por escrito de los gestores del aeropuerto, así como la necesidad de optimizar el funcionamiento del giro a mar y de la operativa de despegues. También ha solicitado unos informes del impacto acústico de los aviones sobre el barrio marítimo.
OPERACIONES DE 2023
Esta petición coincide con los últimos datos de pasajeros del aeropuerto de 2023, que cierra el año con 49,9 millones de viajeros, un 5,3% menos que en 2019 (antes de la pandemia). El aeródromo de la capital catalana tampoco superó el año pasado el número de operaciones, con un total de 318.957, un 7,4% menos que en 2019.
Lo que sí se ha superado son los vuelos intercontinentales. Barcelona sumó durante el ejercicio de 2023 hasta 50 en total, tres por encima de los 47 de 2019. Una situación que ha reabierto el debate sobre su futura ampliación, que se concretará en el marco de una comisión bilateral técnica entre el Gobierno español y la Generalitat.
PISTAS SEGREGADAS
En Barcelona el campo de vuelo está limitado por el mar. El Aeropuerto del Prat tiene establecida la configuración operativa de pistas segregadas: los despegues y aterrizajes se realizan siempre por pistas diferentes (en función de la dirección del viento). Una organización que implica que su capacidad operativa sea sensiblemente menor que la de Madrid.
En la capital catalana, a pesar de que la distancia entre las pistas paralelas sea suficiente para establecer el mismo procedimiento madrileño (llamado pistas independientes), únicamente están autorizadas las operaciones segregadas: la pista más cercana al mar para despegues y la que se encuentra más cerca de la Zona Franca para aterrizajes. La justificación hay que buscarla en la contaminación acústica. Esta es la clave de la cuestión.