En busca y captura el hombre que este martes por el mediodía ha abierto fuego contra otro en el barrio de Dalt de la Vila de Badalona. El pánico ha cundido durante unos instantes entre los presentes sobre la 13:30 horas cuando el pistolero, que intentaba camuflarse con una peluca y unas gafas de sol, ha disparado a un hombre que en ese preciso momento abandonada el Centro de Atención y Seguimiento de Drogodependencias Delta.
El resultado han sido cuatro balazos para la víctima, que está siendo intervenida de urgencia en Can Ruti, y el agresor huido. Aunque no se dio prisa por escapar de la policía, tal y como se puede observar en las imágenes que ya se han difundido por las redes sociales en las que se lo ve abandonando la escena a paso tranquilo, amenazando a transeúntes y cerciorándose, a la vez, de haber alcanzado su objetivo.
Identidad desconocida
Por el momento, los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana tienen más información de la víctima que del agresor. El herido es un traficante español conocido por la policía catalana al que han detenido por lo menos en una ocasión.
Aunque se desconoce la identidad del pistolero, lo que sí convence a los responsables de la investigación es que se trate de un ajuste de cuentas por drogas.
Pánico en el barrio
Al terrible suceso, perpetrado a plena luz del día, se suman los testigos: alumnos del Colegio Cultural, que se encuentra puerta con puerta con el centro que la víctima visitaba en esos momentos. A los estudiantes se les ha retenido en el interior de la escuela hasta que pasase el peligro, pero a la hora de la salida ya tenían todos en sus móviles el vídeo viral del tiroteo. Algunos ancianos del Centre de Dia Janús también han presenciado los hechos.
Los vecinos del céntrico barrio, normalmente tranquilo, se muestran preocupados horas después de lo ocurrido aunque el agresor huyó de la zona.
Cuatro disparos
Al cierre de este artículo se desconocía el paradero del pistolero, que huye de la plaza Font i Cussó sin ninguna prisa, avisando a la gente que pasa por allí que guarde silencio y haciendo caso omiso de algún valiente transeúnte que lo increpa para intentar detenerlo. Incluso llega a desenfundar el arma una segunda vez tras disparar a su objetivo, con la intención de repetir la acción, cosa que finalmente no hace.