El pasaje que atraviesa el B-9 okupado

El pasaje que atraviesa el B-9 okupado METRÓPOLI

Gran Barcelona

Una "mini ciudad" okupa en Badalona: la inseguridad crece en El Remei ante un desalojo "inminente"

El gobierno municipal manda un mensaje tranquilizador sobre la desokupación, que está en su "recta final", ante la creciente alarma de los residentes que aseguran convivir con prostitución y tráfico y consumo de drogas en el antiguo instituto B-9

31 marzo, 2024 23:30

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Un martes por la noche cualquiera Badalona duerme, pero hay una zona concreta que bulle y se despierta cuando cae el sol. En ella, se escuchan varias detonaciones alrededor de las 22:15 horas. ¿Lugar? La calle Primavera. No cualquiera es capaz de discernir entre disparos o simples petardos, pero los sonidos ponen en alerta a los vecinos del barrio del Remei, que se intercambian WhatsApps para compartir sus temores sobre el posible intercambio de balas. Algunos dicen haber escuchado inmediatamente después una moto alejarse del lugar, pero nadie confirma nada. Tampoco se llama a la policía ni se pregunta más de la cuenta.

Los hechos narrados tuvieron lugar el pasado 12 de marzo y el vecindario no se inmutó. La situación que dicen vivir los residentes es crítica: la inseguridad se ha precipitado desde hace meses por la okupación del antiguo instituto B-9. El grito de socorro de los vecinos se escucha por todo el municipio: aseguran convivir con prostitución, tráfico de drogas, robos y agresiones.

El pasaje entre el antiguo B-9 y un huerto, ambos okupado

El pasaje entre el antiguo B-9 y un huerto, ambos okupado METRÓPOLI

Un polvorín

Metrópoli ya hizo eco hace meses del foco de basura e incivismo que suponía la okupación del equipamiento municipal. Centenares de migrantes de origen subsahariano frecuentan el espacio en aparente armonía, sobreviviendo como pueden, o eso dicen. Entre las calles de Alfons XII, Tardor y Guifré se concentran los grupos de hombres, que han diseñado una especie de "mini ciudad" entre las cuatro paredes de lo que era el instituto.

A pesar de que la problemática es latente desde hace tiempo, la estampa, dicen los que se pasean de vez en cuando por la zona, empeora cada vez más y recuerda a la de la nave de Gorg que se incendió hace años: chabolas levantadas improvisadamente con materiales de la basura, música de fondo y carros llenos de chatarra. Elementos que se ven y se escuchan, pero hay gente que va más allá en sus testimonios: aseguran que las chozas están divididas en estancias donde se ejerce la prostitución. Jóvenes, también migrantes, que reciben a clientes y que también ofrecen consumir drogas

Menores

Algunos perros custodian uno de los accesos al equipamiento: campan a sus anchas por el terreno, espantando a extraños. Quienes hablan con este medio también afirman haber visto niños. La situación les preocupa: "Lo que hay aquí dentro no lo sabe bien nadie. Tienen armas, plantaciones de marihuana, alcohol...", avisan los vecinos, que llevan meses esperando el desalojo.

Sin embargo, desde el gobierno municipal de Xavier García Albiol rebajan la alarma. En declaraciones a este medio, el primer teniente de alcalde y concejal de Hacienda y Finanzas, Juan Fernández, admite ser conocedor de la manipulación del fluido eléctrico en el terreno okupado, así como de una modificación urbanística, pero niega la presencia de menores o mujeres forzadas a ejercer la prostitución. Ni los Servicios Sociales ni los agentes de la Guardia Urbana que han visitado el lugar dan fe de ello, según el conpcejal.

Sillas todavía organizadas en lo que la noche anterior fue un botellón callejero

Sillas todavía organizadas en lo que la noche anterior fue un botellón callejero METRÓPOLI

Alternativa habitacional para los okupas

Fernández explica cómo está el tema actualmente: "Es una situación que ha pasado por diversas fases y ahora nos encontramos en una etapa administrativa". El primer recurso lo interpuso el consistorio hace meses en el contencioso administrativo tras el aviso vecinal: en septiembre ya había inquilinos indeseados.

Sin embargo, la demanda sirvió de poco: la jueza la desestimó porque consideró que se tenía que garantizar una solución habitacional para los okupas. "Políticamente, no podemos aceptar este extremo porque en Badalona tenemos una lista de espera inmensa con familias en la mesa de emergencia". Prioritarias, afirma Fernández, enfrente de un grupo "que ha hecho de la okupación su modus vivendi". Agotada la vía del contencioso, que el PP pensó que sería la más rápida, el gobierno opta por la recuperación del dominio público: "Un proceso que gestiona íntegramente el ayuntamiento y que se encuentra en la recta final", tranquiliza el primer teniente de alcalde.

Agresiones y peleas

Pero las palabras no consuelan a los castigados vecinos, que temen que se desencadene lo peor. "Hace poco, un hombre intentó agredir a otro con un bate de béisbol y sabemos que dentro ha habido hasta apuñalamientos". Un extremo que los Mossos d'Esquadra también niegan a este digital: la policía catalana dice haber intermediado en alguna pelea, pero ninguna con armas blancas de por medio. Tampoco les constan denuncias de ningún tipo respecto a las actividades supuestamente ilícitas que se desarrollan en el interior del recinto.

Una serie de acontecimientos sin pruebas tangibles que mantiene en vilo a los habitantes del Remei y parte de Sant Roc. "Las calles de detrás de l'Escola Oficial d'Idiomes (EOI) ahora son lo peor de Badalona". Una opinión generalizada que obliga a las familias a tomar precauciones: algunos padres ya instan a sus hijos a no caminar por la zona y que, si tienen que volver en transporte público, se bajen en Sant Adrià de Besòs.